Dios al hombre

  El hijo imbécil de la nada
Osa maldecir su existencia,
I acusando mi providencia
Reniega del bien i del mal!
Para penetrar mis arcanos
En afan estéril se ajita
I rebelde, ciego, me cita
A su insolente tribunal.

  A mil beneficios ingrato,
Mis obras tu labio maldice
I porque bruto no te hice
Te quejas de no ser un Dios,
¿Te consulté cuando mi acento
Pobló de luz el éter vano?
Cuando en su abismo el oceano
Lanzóse rujiendo a mi voz?

  Revelé mi Ser a tus ojos
Cuanto permitió su flaqueza:
Viste en el cielo mi grandeza,
Viste en la tierra mi bondad.
El órden constante del mundo
Te descubre mi intelijencia,
La natura, mi providencia
I el espacio mi inmensidad.

  Ese sol, que ofusca tus ojos,
Sombra de mi fuego divino,
¿Talvez me propuso el camino
Que en el éter le señalé?
¿Por ventura dije a la tierra,
Qué lei sus entrañas fecunda?
Cuando el mar sus playas inunda
O las huye ¿sabe por qué?

  En los desiertos del vacio
Sembré cual polvo las estrellas:
De mi poder mira las huellas
En la tierra, el cielo i el mar.
Por tus sentidos imperfectos,
Envuelto en tiniebla sombría,
Del universo la armonía
Puedes apénas vislumbrar.

  Mira doquier; naturaleza
Sigue su curso majestuosa,
I jamas indaga curiosa
Los designios de su Señor.
Tú, mortal ¡adórale! Aguarda
La leccion final de la muerte
I abandona humilde tu suerte
A tu benéfico Hacedor.

  Libre tu alma del barro impuro,
Caerá de tus ojos el velo:
Desde las alturas del cielo
Mas horizonte abarcarás.
Fuentes serán de altas virtudes
Los males que tanto deploras,
I verás lucir triunfadoras
Mi justicia i tu libertad.

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La guerra
ENTRE LA ARJENTINA I CHILE

  Llego un Plenipotenciario
Habló con el Presidente,
Todo el mundo lo asegura
Que la guerra es de repente.

  Buques i armas estan comprando
En la provincia Arjentina,
Sin pensar que es una ruina
Así se estan aprontando;
Millones estan gastando
Al preste para el Erario,
Que dice como contrario
Como lo hace un presumido,
Con saludo mui cumplido
Llegó un Plenipotenciario.

  No se sabe que ventaja
Le pide a don Jorje Montt;
Esa es la desproporcion,
Por eso Chile se ataja;
Yo me admiro por que viaja
Dicho Ministro elocuente,
Nuestra patria mucho siente
Por razón no le conceda,
Se avecinó a la Moneda
Habló con el Presidente.

  Si acaso él dice yo quiero
Darme el limite pedido,
Todo será concedido
Ménos mudar el lindero;
Aunque amenace severo
Con una bravata oscura,
Cuidado con la montura
Con que cabalga el cuyano,
La cordillera es pantano
Todo el mundo lo asegura.

  Lo cierto es que si se enoja
Ese señor Encargado,
De Negocios titulado,
No hace la menor congoja;
Mi pais a nadie le afloja
En pequeño continente,
Heredado del valiente
Por eso no hai que admirar,
Oimos vociferar
Que la guerra es de repente.

  Al fin si no considera
Esa nacion oriental,
Yo le [  ] pintado su mal
Por codiciar la frontera;
Subir a la cordillera
Será meterse a un gran fango,
Desde luego me arremango,
Mi voz a decir se atreve;
Si es que atraviesen la nieve
Pierden rifle i el tamango.

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La Arjentina
ENFERMA DE AMBICION

  Bien loca está la Arjentina
Con Chile quiere guerrear;
Por envidia a Punta Arenas
Es la causa de su mal.

  De oirla disparatar
A la provincia cuyana:
Dicen de que se halla insana
I que la dejen hablar;
Que le van pronto a buscar
De la mejor medicina,
Corrientes mui bien opina:
Un baño es mui necesario;
I el Brasil dijo en un diario:
Bien loca está la Arjentina.

  Esos montes que hai umbríos
Grita i haciendo ademanes;
Limites de Magallanes
Los cobro aunque no son mios;
Pudiera llevar los rios
Donde han solido esplotar,
Oro desde junto al mar.
—Yo digo en caso que escape;
Nacion enferma del chape
Con Chile quiere guerrear.

  Otros dicen que es pension
Por eso se prevarica;
I en el corazon le pica
Una rabia sin razon
Se le conoce ambicion
Miró el Paraguai sus venas;
Quien le anunció duras penas
Dijo: paisana parece,
Es su achaque que adolece
Por envidia a Punta Arenas.

  La orina se la mandaron
Al Perú por ser aliados,
Los doctores opinados
Llorando la desahuciaron
Del Ecuador confirmaron
Que el accidente es mortal,
En aquella capital
Dijo un protomédico bueno
El deseo de lo ajeno
Es la causa de su mal.

  Al fin Chile se ofrecia
A la provincia cercana;
Le dice que la da sana
Por un doctor que tenia,
De Londres su viaje haria
I a su tiempo acá estará,
Sus puertos saludará
Si saber quiere efectivo
Su nombre i apelativo,
Es el invencible Prat.

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