¡Oh gloriosa Gabriela!

¡Oh gloriosa Gabriela!
Por Pedro González, Poeta Popular de Rancagua

Gloriosa Gabriela Mistral
has dejado el alma herida
a tu patria tan querida
y al pabellón nacional.
Todo el pueblo por igual
va llorando amarga pena
por ti ilustre chilena
de resonancia mundial
desde ese día fatal
que fué tu muerte Gabriela.

Cuando el cable entristecido
la fatal noticia dió
todo tu Chile lloró
por el tesoro perdido.
Fuistes el corazón latente
de tu patria tan querida
a la que en toda tu vida
serviste con gran cariño
y brindastes a nuestros niños
tu más sana poesía.

No cumplió al final su anhelo
de venir a fallecer
donde la vieron nacer
miles de estrellas del cielo
en donde el glorioso suelo
a su niñez dió calor
hoy la abrazan con amor
y la tendrá en la memoria
por haberle dado gloria
y a los humildes honor.

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Los gatos organizados

Los gatos organizados
Por Pedro González, poeta popular de Rancagua

CUARTETA:

Por vez primera la historia
se formó este Sindicato,
organizado por gatos,
pero de buena memoria.

GLOSA:

Ratones y pericotes
circulan por la Moneda
pidiendo y dando prueba
del dulcísimo chicote;
mantienen firme el garrote
para conservar su gloria,
comen fresca zanahoria
y el más exquisito queso
a costillas de los lesos
por vez primera en la historia.

Pero hoy ya muy cansados
de ver tantos desengaños
ver transcurrir los años
sintiéndose defraudados;
su paciencia han agotado
debido a tan mal trato
que le dan al “pobre gato”
sólo miseria tristeza
Pa combatir la vileza
se formó este Sindicato.

En desfile sin igual
miles de gatos salieron
que muy gustosos se unieron
con gatos de la Central,
guarenes del capital
vivieron amargo rato
creyeron pagar el pato
aunque con sendos fusiles
se cuidaron del desfile
organizado por gatos.

Desfiló el gato Clotario
y también el gato Allende
y al decirlo se comprende
muchos gatos proletarios:
y gatos de muchos diarios
escribieron larga historia
de gatos que dieron gloria
con su gatuno y fiel voto
habiendo entre gatos “rotos”
pero de buena memoria.

DESPEDIDA:

Y por fin los pericotes
cuando llegan al poder
al gato no quieren ver
porque no viste capote;
le dan sablazos al lote
lo acusan de desacato
y cuando eran candidatos
se mostraban amistosos
pidiéndole presurosos
el voto a los “cuatro gatos”.

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Lucha más organizada

Lucha más organizada
Por Pedro González, poeta popular de Rancagua

CUARTETA

Si falta organización
se verán más atropellos
cometidos por aquellos
sin credo ni religión

GLOSA

Hay que luchar compañeros
con honor y dignidad
por la paz y libertad
para días venideros
para que en tiempos postreros
haya fructificación
y esta querida nación
no sufra más tiranía
si falta organización.

Hoy ya vemos bien clarito
cómo se aplasta el obrero
en régimen politiquero
que se ha puesto saltoncito;
ya no le importa ni un pito
y atropella lo más bello
si no le ponemos sello
y tanta maldad y cinismo
por dictado imperialismo
se verán más atropellos.

Más unión se necesita
es lo que a la vista salta:
llevando la moral alta
la mente recapacita
si  se hace alguna cosita
pues, que brille, con destella
y luchemos por aquella
que un patriota nos dejó
pa evitar lo que pasó
cometidos por aquellos.

Nuestra central hoy nos llama
a estrechar más las cadenas
hoy nuestra tierra chilena
más justicia nos reclama;
pa evitar lo que se trama
sobre hambre y persecución
dejando a nuestra nación
en pos de más tiranía
y cometer fechorías
sin credo ni religión.

DESPEDIDA

Y por fin pa humillación
yo creo que ya, esta bueno
y como pueblo  chileno
reforcemos más la unión
¡Alto! Ya a la represión
que origina tantos males
y a aquellas leyes brutales
que son pro imperialismo
que hacen que nosotros mismos
seamos como rivales.

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A Don Pedro Aguirre Cerda

A Don Pedro Aguirre Cerda (En el 15° aniversario de su fallecimiento)
Por Pedro González, Poeta Popular de Rancagua

Quince años han transcurrido
del doloroso deceso,
con él se perdió el progreso
de nuestro Chile querido
Chile pudo haber sido
gobernado con pericia
como asi sin avaricia.
Gobernar él  lo pensaba
y para todos deseaba
hacerlo con justicia.

Con lo poco que gobernó
del pueblo se dió a querer
como así se dejó ver
hasta el día en que murió
Al tricolor respetó
como patriota sincero
respetó niños y obreros
quiso dar techo y abrigo
fué del pobre gran amigo
hasta en sus días postreros.

El pensaba gobernar
con justicia y rectitud
y educar la juventud
como maestro ejemplar,
“Gobernar es educar”
era su lema brillante.
Sin vacilar un instante
él lo pensaba cumplir,
quiso a Chile ver surgir
como honrado gobernante.

En Rancagua cierto día
una fiesta celebraban
y todo el pueblo esperaba
a don Pedro que vendría.
Bien recuerdo que decía
en la puerta de la Intendencia;
“Paciencia hombre paciencia
todo se hará con calma”
no habló él sino su alma
digna por excelencia.

Y por fin el Parlamento
hoy debiera recordarlo
y con patriotismo honrarlo
en silencio un gran momento
así como hay sentimiento
por una figura odiosa
que sin merecer tal cosa
se enlutó el tricolor
en “honor” de un dictador
como fue Tacho Somoza . . .

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Por robarme cuatro tunas

Por robarme cuatro tunas
Por Pedro Gonzáles, poeta popular de Rancagua.

Aquí empieza este cuento:
Había cuatro frutitas
tentadoras y bonitas
pa’ mí que estaba sediento
–me invadió el remordimiento,
mi costumbre no es robar–
y ya sin mucho pensar
me dispuse a engullir
y cuando iba a partir,
llegó el dueño del tunal.

“Mucho tiempo te esperaba,
pero al cabo te pillé
y ahora aquí te daré
lo que pa’ vos reservaba
y sin decir más me daba
los terribles puñetazos
seguidos de costalazos,
los que son indispensables
ayudado el miserable
con feroces garrotazos.

Roto cochino mugriento,
¿Con que te gustan las tunas?
Aquí te haré ver la luna
que no alumbra este momento”.
aunque sin conocimiento
entre nieblas lo veía
que se alejaba y venía
cual fiera desenfrenada
y me daba las patadas
y de llapa se reía.

Y por fin a un estero,
después me quiso tirar,
cuando en esto vi llegar
a un par de carabineros;
el viejo hablo primero
“No me hagan pregunta alguna,
me han robado una fortuna”.
Creyeron al palogrueso,
y ahora me encuentro preso
por robarme cuatro tunas.

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En el Hospital Trudeau

En el Hospital Trudeau
por Pedro González, poeta popular de Rancagua

En el hospital “Trudeau”
estoy hospitalizado,
en sala H. internado,
en la cama veintidós;
desde allí le ruego a Dios
me dé pronta mejoría
pa que vuelva esa alegría
la que hasta hoy perdí
pa seguir cantando aquí
contra la cruel tiranía.

Ayuda no estoy pidiendo;
sólo yo doy a saber
y si alguien me quiere ver
ya lo pueden ir haciendo;
aunque no vayan corriendo
caminen bien despacito
y si llevan paquetito
aunque no sea muy grande
eso jamás llega tarde
mis queridos lectorcitos.

Pero aquí hago este pedido
a todos en general;
quien sangre me quiera dar
yo seré su agradecido;
mi ser´ta desvanecido,
el médico comprobó
y algo ya me inyectó;
pero aún no es suficiente
y digo que fué un paciente
el que algo ‘e sangre me dió.

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Mi pedido al General

Mi pedido al General
Por Pedro González, poeta popular de Rancagua

CUARTETA

En el Zanjón de la Aguada
aumenta la desventura
haciendo la vida dura
de la clase abandonada

GLOSA

En los años anteriores
de esta poblada arteria,
se vieron muchas miserias;
pero éstas hoy son peores
Por doquier se oyen clamores
de familias angustiadas
que viven desesperadas
sin abrigo, pan, ni techo
los que ahora tienen lecho
en el Zanjón de la Aguada.

¿Dónde está la democracia
de que hablan en nuestro Chile,
cuando hay problemas por miles
que llevan a la desgracia?
No veo cuál es la gracia.
Que nos digan por ventura.
Democracia Chile jura
por boca de un dirigente
y para toda la gente
aumenta la desventura.

Aplican miles de impuestos
a toda la población,
que en la mala situación
arruinan con este gesto;
Todos saben que con esto
no se sueltan ligaduras.
Que digan la verdad pura,
queremos ver la verdad,
no sigan con la maldad
haciendo la vida dura.

Tenga piedad de esos seres,
yo le pido al Presidente.
Recuerde, también son gentes
que cumplen con sus deberes;
Si han perdido sus enseres
valga poco, mucho o nada,
hacen falta de su morada
ayude con la mitad
y ruego tenga piedad
de la clase abandonada.

DESPEDIDA

Y por fin a Su Excelencia,
al hacerle este pedido,
desde ya perdón le pido
si he cometido imprudencia;
Ya se acaba la paciencia
de tanto y tanto esperar
que en la historia nacional
no se vio nada igualado
y estamos abandonados
a merced de lo fatal.

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Con todo respeto a mi buen doctor

Con todo respeto a mi buen doctor
Por Pedro González, poeta popular de Rancagua

Es corta mi educación
apenas puedo expresarme,
pero debo conformarme
con demostrar comprensión;
fué tan grande mi aflicción
cuando grave me encontraba,
apenas mis pasos daba
y a su presencia llegué.
Hoy doy gracias a usté
que estoy como no pensaba.

También debo agradecer
a usted querido Doctor
que ha sido mi protector
en mi duro padecer;
yo pensaba que mi ser
muy poco más duraría
y que pronto dejaría
mi corazón de latir;
pero he vuelto a revivir
y ahora canto de alegría.

Con su tan buena atención
y su saber talentoso
usté alivia el angustioso
latir de mi corazón;
Seguiré mi tradición
con alta moral, sereno
como patriota chileno
en este suelo querido
gracias a usté porque ha sido,
tan noble, tan digno y bueno.

Cabe en mí el agradecer
y usté debe perdonar
que ha venido a molestar
mi pobre aflictivo ser;
usté supo comprender
mi tan dura situación
y tomó con decisión
mi gran mal entre sus manos
y hoy me siento casi sano
gracias a su abnegación.

DESPEDIDA:

Y por fin harto contento
me siento yo por hoy día,
pues tengo más energía
y ya es menos mi tormento;
porque ya mi sufrimiento
al pasado no se iguala,
en que fué bastante mala
mi salud y situación,
y gracias por su atención
yo le doy desde mi sala.

COGOLLO

Y ahora a usté gran Doctor
cogollito de romero
verlo feliz solo quiero
muy junto a su dulce amor;
sin tortura y sin dolor,
sin que lo ataquen los males,
florézcanle los rosales
por ser hombre consecuente,
le desea su paciente
llamado Pedro González.

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El buen vecino

El buen vecino
Por Pedro González, poeta popular de Rancagua

CUARTETA

Para tener más sustento
provoca el yanqui la guerra.
Con la paz sobre la tierra
no viven ellos contentos.

GLOSA

Son cosas del buen vecino
y son claras sus razones:
¿Qué harían con sus cañones
si no provocan mal sino?
Es de fiera su destino
y de sangre está sediento,
Ellos viven del lamento
de este resto de la faz
“imponiendo ellos“ la paz
para tener más sustento.

Es muy fácil comprender
porque ellos buscan la riña
y son aves de rapiña
que viven de otro ser
si no tienen qué comer
empiezan con hambre perra
por llanuras y por sierras
sólo sembrando el terror
que pa vivir él mejor
provoca el yanqui la guerra.

Con su indigna democracia…
en todas partes se mete
pidiendo se le respete
y sólo trae desgracia;
pa que haya democracia
y no exista más la guerra
se debe matar la perra
y la leva acabará
entonces habrá libertá
con la paz sobre la tierra.

Ellos, pues, con sus cinismo
a todo el mundo maltratan
ya todo aquel que matan
lo acusan de comunismo;
la plaga de imperialismo
es pa todos mal concepto,
se vale de su pretexto
pa defender sus colores
y si no causa dolores
no viven ellos contentos.

DESPEDIDA

Pa terminar tal ralea
es ésta la solución:
es luchar con decisión
hasta ganar la pelea;
entonces seguro queda,
libertad en el mundo entero
mas la patria del obrero
respaldará este sentido
quien no quiere entrometidos
y odia al usurero.

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El clamor del campesino

El clamor del campesino
Por Pedro González, poeta popular de Rancagua

CUARTETA

Rechitas la payasá
que nos apreta el patrón,
nos achica la ración
y es relarga la jorná.

GLOSA

En cuanto empieza a aclarar
aunque esté recalientito,
con mi vieja a mi laito,
me tengo que levantar,
a tientas tengo que andar
y en vez, a pata pelá
no le importa al patrón, ná
él nos trata como bueyes
atropellando las leyes.
Rechitas la payasá.

El obrero santiaguino
sin tener gran compromiso
donde quiera come un guiso
y su copita de vino;
al revés el campesino
muy sentado en un terrón
saboreando la ración
como un alma pordiosera.
Si supieran la manera
qué nos aprieta el patrón.

Como si fuera concurso
en todas partes iguales
nos tratan como animales,
nos cantan como Caruso,
porque oyeron un discurso
“aprétense el cinturón”,
hoy por eso mi patrón
practica la tiranía
y sin piedad cada día
nos achica la ración.

El jornal es harto poco,
esto no tiene control,
trabajo de sol a sol
haciéndole harto moroco;
a mi lado como loco
el paquito siempre está
haciendo muy amargá
la existencia de mi vida
con agua y sal la comida
y es relarga la jorná.

DESPEDIDA

Aquí termino invitando
a un obrero santiaguino
a que cuente su destino
y qué vida está pasando;
yo le seguiré cantando
paso a paso, codo a codo,
lo que hoy cuento no es todo
queda mucho que decir,
si razón me quiere pedir
se las daré de algún modo.

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