Sobre su tumba

Sobre su tumba
Por Juan 2º Placencia, Poeta Popular de Coronel

Gabriela Mistral ha muerto
con gloria, pero sin pena,
ya que fué la Pasionaria
de nuestra tierra chilena.

Coquimbo la vió nacer
como estrella solitaria
sin pensar que aquella hija
sería una visionaria.

Se ganó el premio Nobel
porque era inteligente
la conoció el mundo entero
en todos los continentes.

Chile pierde con su ausencia
y esto no se pone en duda
a la mejor poetisa
tan grande como Neruda.

Murió ausente de su patria
y esto nos causó dolor
porque su vida entregó
donde llaman Nueva Yor.

La que educó tantos niños
con ese amor tan materno
se va al seno de la tierra
a dormir el sueño eterno.

Embajadora constante
de una y otra misión
un cerebro inteligente
que pierde xxxxxxxx¹

Fue xxxxxxx¹ ejemplar
que tuvo bastante suerte
y su fama comenzó
con el Soneto de la Muerte.

Ella cultivó las letras
con su sagrada memoria
y entre los poetas del mundo
queda grabada en la historia.

La muerte de la maestra
me destroza el corazón
y me siento emocionado
como poeta del carbón.

Pues fue la antorcha de América
siempre dijo la verdad,
odió el monstruo de la guerra
y luchaba por la Paz.

Yo le rindo este homenaje
y me inclino reverente
por la Sociedad de Poetas
como vicepresidente.

1  Nuestro ejemplar está roto en esta zona.

Volver

A “El Siglo” en su 4º aniversario

A “El Siglo” en su 4º aniversario
por Juan Segundo Placencia, poeta popular de Coronel

Yo te canto hermoso diario
en nombre de mi bandera
porque eres como un clarín
que guía a la clase obrera.

Siempre altivo en el combate
no importándote la muerte
pues llevas las enseñanzas
del camarada Lafertte.

Yo te hey visto combatiendo
y enseñando a tus soldados
y por decir la verdad
a veces te han clausurado

Hermano eres de “Justicia”
y de la Gran Federación (1)
por eso es que te apreciamos
los mineros del carbón.

Te apreciamos los de abajo,
te aborrecen los de arriba
porque te pones al frente
en la lucha combativa.

Te han empastelado los tipos
tratando de hacerte mal
porque le haces propaganda
a la gloriosa Central.

Guía eres del continente
sos estrella solitaria
sos un vocero valiente
que defiendes a los parias.

El capital te aborrece
te miran mal los soplones
cuando divulgas al año
los pliegos de peticiones.

Si te rindo este homenaje
es porque tengo razón
yo soy voz autorizada
de los poetas del carbón.

Y al terminar este verso
quiero verte un grande diario
y te deseo progresos
en tu 4º aniversario.

(1) “Justicia” fue uno de los periódicos Obreros fundados por Luis Emilio Recabarren en tiempos de la “Gran Federación obrera de Chile”.

Volver

Ante la enorme carestía de la vida

Ante la enorme carestía de la vida
Por Juan Segundo Placencia, poeta popular de la zona del carbón

Los gobernantes de Chile
por el pueblo nada han hecho
en chanchos ya convertidos
habrá que comer afrecho.

Los artículos comunes
de alimentos pa´ una casa
su precio está por las nubes
falta la harina y la grasa.

El jabón ya no se encuentra
para lavar los piojitos
los guasos allá en los campos
estarán criando cuquitos.

Los molineros se quejan
del trigo pa´ hacer la harina
y al pueblo le están vendiendo
una ración muy cochina.

Según por esos avisos
que explican los grandes diarios
con aserrín se hará el pan
para el pobre proletario.

Los cerdos han reclamado
que les falta la ración
los pollos no tienen trigo
porque hay especulación.

El impuesto del tres por ciento
ya está pasado de moda
como pasó la esperanza
que se tuvo en una escoba

Los gringos forman un plan
y encarecen el puchero
quien paga las consecuencias
tiene que ser el obrero.

Y al terminar este verso
no caigamos al abismo
salvemos nuestra nación
si aún nos queda patriotismo.

(De nuestro colega “Linterna Mágica”, hoja de Poesía Popular de la Zona del Carbón)

Volver

Un pésame a la Central

Un pésame a la Central
Por Juan Placencia. Poeta popular de Coronel

La Central está de duelo
a media asta su bandera
por la horrorosa masacre
que ocurrió en las salitreras.

Ella la madre suprema
de todo el proletariado
y por defender un pliego
sus hijos son masacrados.

Noventa días de huelga
defendiendo sus conquistas
y la respuesta son balas
que dan los imperialistas.

Es un doloroso drama
que mancha nuestra bandera,
cuando un día diecisiete
se derrama sangre obrera

Septiembre fué un mes fatal
y hay que hablarlo y con razón,
pues quieren despedazar
a nuestra organización.

Mas no lo conseguirán
con sus leyes represivas,
de norte a sur del país
la clase obrera está unida.

Chile es un pueblo glorioso
lo respeta el Continente,
así deben respetar
también a sus dirigentes.

Pedimos se haga justicia
que todo se haga con tino,
y den castigo ejemplar
al que haya sido asesino.

Yo condeno esta actitud
como poeta proletario
y estampo, pues, mi protesta,
en este valiente diario.

Y al terminar este verso
pues lo digo muy formal,
el pueblo de Chile pide
Justicia, mi general.

Volver

Homenaje a la Central Unica de Trabajadores

Homenaje a la Central Única de Trabajadores
Por Juan II Placencia, poeta popular de Coronel.

Otra vez te canto yo
y te saludo “CENTRAL”
al verte tan abnegada
con tu triunfo colosar.

Tú que luchas muy heroica
por libertar a los pobres
desde el carbón al salitre
y desde el campo hasta el cobre.

Madre del proletariado
con ese andar tan sereno
vas conquistando prestigio
en los obreros chilenos.

Hoy al cumplir los dos años
tu labor ha sido mucha
Eres espada que bate
en las ardorosas luchas.

Prometiste ser constante
y luchar hasta la muerte
por la línea que trazara
Recabarren, el más fuerte.

Los mineros del carbón
y toda la clase obrera
prometen siempre luchar
tras tu gloriosa bandera.

Sos orgullo de las masas
por tus bravos dirigentes.
Te saluda Chile entero
a través del continente.

Yo te rindo este homenaje
con todo mi corazón
y te deseo que avances
en bien de nuestra nación.

Volver

Saludo al Congreso del poeta Juan II Placencia de Coronel

Saludo al Congreso del poeta Juan II Placencia de Coronel
Nota de la R.: El poeta Placencia es el vicepresidente de la Unión de Poetas y Cantores Populares por la zona sur

Yo saludo a este Congreso
en nombre de los mineros
soy el pueta ‘e Coronel
mis queridos compañeros.

Vengo de esa noble tierra
pues la amo de corazón
y vengo a representar
los obreros del carbón.

Saludo a la Sociedad
de Poetas Populares
a su digna Presidenta
que escribe lindos cantares.

Al llegar aquí a este suelo
lo confieso muy formal
que también traigo un saludo
a la gloriosa Central.

Ella es la madre aguerrida
de todo el proletariado
por eso es que yo le canto
como un sincero soldado

Yo que trabajo en la mina
y conozco el sufrimiento
por eso canto en la Lira
con todo conocimiento.

Tengo grandes convicciones
a pesar de ser un paria
pues sólo crucé sexto año
en una escuela primaria.

xxx¹ he llegado a este Congreso
xxx porque he sido invitado
recordando aquellas luchas
de los hombres del pasado

Hombres de grandes cerebros
con ideas libertarias
un día pueden nacer
de una madre proletaria.

Por eso nos reunimos
pues queremos demostrar
que los poetas de los pobres
también sabemos cantar.

Que sepan los gobernantes
y también la burguesía
que nuestro pueblo chileno
se inspira en la poesía.

Y al terminar este verso
escrito en variar cuartetas
yo en nombre de los mineros
saludo a todos los puetas.

1  Nuestro ejemplar presenta un doblez que impide leer esta zona.

Volver

Por los mineros del carbón

Por los mineros del carbón
Por Jorge Obrero del Carbón y Juan II Placencia, poetas populares de Coronel.

Como pueta ‘e la región
escribo con todo esmero
por los heroicos mineros
de la zona del carbón;
por lo valientes que son
cuando se meten al hueco,
con manche, charra y huameco
fuera de equipo sencillo
hablando sin baratillo
no habrá quien los pare en seco.

Con el gorro en la cabeza
y su lámpara encendida
no temen perder la vida
por trabajarle a la empresa;
así hablando con franqueza
es el roto más sufrido
es el minero aguerrido
como ninguno quizás
es el hombre más audaz
debe ser reconocido.

Desde apir a barretero
son hombres de mucha acción
para extraer el carbón
jamás han tenido un pero;
son los hombres más sinceros
hablando con amplitud,
no temen al gas grisú
u otro peligro indicado
aunque al año son premiados
sólo con la gratitud.

El trabaja sin cesar
en varios kilometrajes,
en los cortes y en rebajes
muy adentro, bajo el mar;
él sabe su patria amar
con todo su corazón,
él defiende su nación
en toda su gran jornada,
con manche y a veces nada,
porque así es su condición.

Con ocho horas cotidianas
como mísero gusano
se arrastra este ser humano
por las partes más mal sanas;
desde el turno ‘e la mañana
hasta el turno nochero
de la mina me refiero
nunca deja ‘e continuar
este hombre por trabajar
para ganarse el puchero.

Yo conozco sus labores
porque yo estoy en lo mismo
en los profundos abismos
donde se sufren los dolores;
yo conozco los rigores
del más pobre proletario
por ese sustento diario
que no da pa’ mantenerse;
como así no puede verse
pide aumento de salario.

El va siguiendo la veta
desde que ha sido cortada
a él no le importa nada
que así sea su planeta;
por algo es de sangre neta
de verdaderos patriotas
y aunque le corra la gota
diariamente de sudor
sabe a buen juicio y amor
que es hombre de la gran nota.

Desde que baja al chiflón
ya su designio es fatal,
si no llega al hospital
pasa derecho al panteón;
tal es la vida del peón
del que nace pa sufrir
hay razón para pedir
por sacrificio y afán,
un mendrugo más de pan
porque peligra el vivir.

El hombre que huacha el carro
y el pobre enmaderador,
todos tienen su valor
por servicial y bizarro;
si el hombre fué hecho de barro
no es justo ser despreciado
porque del sudor, mojado
lo verán todos los años
siempre con su desengaño
que pueda ser mejorado.

Al fin, dignos compañeros
ya tendré que terminar
este verso popular
del sufrimiento ‘el minero;
de silicosos postreros
en este montón yo integro,
pero en cambio yo me alegro
porque hay fe de patriotismo
y ser uno de los mismos
que acarrean oro negro.

Volver

Fantasías de un minero

Fantasías de un minero
por Juan II Placencia, poeta popular de Coronel

Yo soy el cabro Panqueque
hijo de las “Sopaipillas”
cuando me ven las chiquillas
me acarician como un queque.

Hermano del loco “Breque”
sobrino de Pantaleón,
nieto de la Josefina
y primo de Esperidión.

A mí me dicen el “gaucho”
porque uso sombrero grande
y por qué soy como el macho
del otro lado de los Andes.

Mi nombre recorre el mundo,
porque soy aventurero,
me llaman el patefundo
a pesar de ser obrero.

Hoy trabajo en el carbón
allá en las minas de Lota.
Me gusta la profesión
porque soy un gran patriota.

Cuando bajo voy corriendo
y me monto en un capacho
pero siempre me da miedo
a pesar de ser un macho.

Yo he visto carros en banda
créanmelo que es muy cierto,
y un balance siempre manda
qué de heridos y de muertos.

Es la suerte del minero
con su lámpara y su gorra
es valiente y bueno obrero
y le dicen cachiporra.

Sufre luchando el minero
por mejorar su salario
a través de Chile entero
junto a otros proletarios.

Y al terminar pido yo
sólo un aplauso por él
porque el verso lo escribió
“el poeta de Coronel”.

Volver

Una visita a Santiago

Una visita a Santiago
Por Juan II Placencia, poeta popular de Coronel

Santiago yo te recuerdo
como eres capital
y de que casi me pierdo
en forma muy colosal.

Vi tus calles muy hermosas
tus plazas bellos paseos
por tu Alameda gloriosa
veinte mil autos muy nuevos.

Vi rascacielos que habita
tan sólo el más pelucón
y ví a muchos con levita
entrar al Club de la Unión.

Contrasta un barrio que vi
que se llama Recoleta
por el cerro que hay allí
que nos muestra otra faceta.

Es un cerro miserable
de latas son las casuchas
donde los parias de Chile
habitan a la cumucha.

Vi a obreros con paciencia
arreglando algo del gas
y asistir a una conferencia,
“Partidarios por la Paz”.

Entré en la Universidad
aunque no soy palogrueso
dónde poetas populares
celebraban un Congreso.

Mi entrada fué un progreso
me aplaudió mucho la gente,
y salí de ese Congreso
como Vicepresidente

Vi esa antigua casita
que habitan los Presidentes
y un canal con mucha agüita
donde se ahoga la gente.

Conocí el Seguro Obrero
y noté unas manchas lacres
recuerdo imperecedero
de una horrorosa masacre.

Vistiendo aún de verano
las damas son fantasía
las vimos con Victoriano
allá en el Santa Lucía.

Conocí a Margot Loyola,
una artista sin igual,
que canta como ella sola
el folklore nacional.

A don Roberto Parada
y su distinguida esposa
que con fama bien sentada
es pareja muy dichosa

Lo que vi en la Capital
tendré que verlo otra vez
y hoy saludo fraternal
a don Diego y a doña Inés.

Volver

Mi mejor homenaje al maestro…

Mi mejor homenaje al maestro ante el 29° aniversario de su muerte
por Juan II Placencia, poeta popular de Coronel.

Fué la Lumbrera de Chile,
fué la Estrella Solitaria ,
fué el Guía más predilecto
de las masas proletarias.

Así nació Recabarren,
lo conocí en Concepción,
y en mil novecientos veinte
formó la Federación.

Y dieciocho años atrás
ya era una maravilla,
porque fundó el diario “EL TOCO”
en el puerto’e Tocopilla.

Formando grandes imprentas
y enseñando a los obreros,
al pampino, al campesino,
hasta el humilde minero.

Recorriendo todo Chile
con todas sus energías
luchó contra los burgueses
y contra la oligarquía.

Muchas imprentas quemaron
los sirvientes bandoleros
y Recabarren seguía
enseñando a los obreros.

El Diario, para el Maestro,
fué la Espada Combativa
para romper las Cadenas
que a nuestro pueblo oprimían.

Visitó la Unión Soviética
en un Congreso Minero
y predicó el Socialismo
a través del mundo entero.

Varias veces relegado
él nació pa combativo
y vivió años en la cárcel
tildado de “Subversivo”.

Grandioso Parlamentario,
él hizo Número Uno,
pero fué desaforado
creo que el año veintiuno.

Así fué don Luis Emilio,
Hombre de mucho Valor,
fué ganando su prestigio
como el mejor Sembrador.

El mundo sintió el deceso
desde uno a otro confín;
¡había muerto el Maestro
que fué el mejor Paladín!

La Semilla germinando
siguió después de su muerte,
en las manos de otro líder
llamado Elías Lafertte.

Hoy el Pueblo lo recuerda
en una Unión colosal
y jura de hacer muy grande
esa Gloriosa Central.

En nombre de Recabarren
que enseñó a la Clase Obrera
siempre debemos marchar
tras su Lema y su Bandera.

Volver