Humilde recuerdo

Humilde recuerdo
(A Gabriela)
Por Simón Pavel, Poeta popular de Santiago.

Nuevamente la tierra que tú dejaste un día
te recibe en sus brazos para darte el calor
que merece la alondra que vuelve enmudecía
después de haber cantando a la paz y al amor.

Dime que no te has muerto, que sólo estás dormida
que fué una travesura para poder volar
en busca de otras flores que son desconocidas
para adornar la patria con un nuevo rosal.

Dime que el trabajo te fatigó y descansas
que vienes a los tuyos con tu apagada voz
a decirles que cuiden con cariño tus plantas
que volverás mañana si es que lo quiere Dios

Vuelve la gran amiga de los analfabetos
la que toda una vida supo sacrificar
en bien de los pequeños que llegan con sus cestos
hasta la humilde escuela por pan espiritual.

Hoy vuelven con su cesto repleto de ilusiones
para adornar la efigie de la diosa dormida
de la humilde maestra que ganó corazones
en su corta existencia de amor y poesía.

Ellos también te creen solamente dormida
porque tu pensamiento sigue viviendo aún
y te dirán “Maestra, de nuevo buenos días…”
porque fuiste en vida luz, cariño y virtud.

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Entre cazadores

Entre cazadores
por Simón Pavel, poeta popular de Santiago

Dígame, compadre Ampuero
¿por qué me hace la de Lucas,
por qué me espanta las diucas
que vienen a mi trampero?

Cada día más diablito,
¿qué cree que me la trago?
Yo no le creo a los magos
aunque vistan de angelito
también que sea delito
cazar, pero usted les mata,
no va a decir que esa cata
vino a posarse en su mano,
por creerlo más humano…
¡y que la mató una gata!

No es tanto pa’ que se asuste
cuando usted anda tras lo mismo
había que ser muy gringo
pa’ creer en este embuste.
Puede que a usted no le guste
que yo también me dedique
a cazar los flacos tiuques
****¹
pero usted, compadre Ampuero,
se pasa y le echa con pique.

Usted les mata y no es eso
lo que se busca, compadre.
No le justifica el hambre
a atentar contra el progreso
mire y verá que a lo lejos
se levanta una montaña
el humo de las cabañas
hace que se vea gris,
hay que dejarlas vivir
por lo que vendrá mañana.

Sí, pues aunque no lo crea
nos servirán de alimento,
¿para qué perder el tiempo
en tan ingrata tarea?
Y para que usted lo vea
liberaré estos zorzales
que irán a los manantiales
a continuar su labor
y no me dirá, señor,
que abuso con los mortales.

¿Se fija lo razonable
que es dejarlos escapar?
Si Dios prohibe matar,
¿por qué lo hace usted, compadre?
Mostrémonos más amables,
sigamos los dos la ruta
si encontramos una ambruca
dejémosla hacer su nido,
lo único que le pido
que no me espante las diucas.

1  Ilegible en nuestro ejemplar.

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Una sugerencia a Marte

Una sugerencia a Marte
Por Simón Pavel
(Poeta popular de Los Rulos)

¿Por qué no me escribiste que vendrías,
no tenías papel, te faltó tiempo…
teniendo tanto artista a tu servicio
que escriben día y noche el firmamento?

Si algo raro te pasa no me culpes
no es propósito mío hacerte daño
porque con ese traje es muy posible
que en Chile se te trate como a extraño.

Usa otra indumentaria cualesquiera
menos ese color: es peligroso
Yo vi sacrificar a un ciudadano
por tener del color tuyo los anteojos.

Por eso te lo pido, no es capricho,
que no llegues aquí de esa manera
porque se tiene de ti muy mal concepto
incluso se te culpa de las guerras.

Si no crees, observa, por las noches
cómo exploran el espacio los vigías
todos en dirección hacia tu paso
no ha de ser porque quieran tu venida.

Temen a tu ardor más que al infierno
como le teme el ángel al pecado.
Les asusta una loica si ésta vuela
y luce tu color en el tapado.

Quizás te escandalice lo que veas.
En la tierra de Adán, a tus hermanos
una cequia cualquiera es un disgusto
y arman tremendo lío los paisanos.

Ya ves por qué te digo que no vengas
y cancela ese viaje hacia la tierra
así podrás evitar que el belicista
nuevamente te culpe de la guerra.

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