Por mi patria

Por mi patria
por Gustavo René Vásquez, poeta popular de Quintero.

El año cincuneta y dos
4 de septiembre el día
voz de las cifras decía:
Gobernante se eligió;
todo Chile escuchó
el programa setiembrista
ninguna alza a la vista
ni leyes de represión
pa poner esto en acción
ampliemos nuestras conquistas.

Una Cruz sobresalía
entre tantos oradores,
ya verán días mejores,
oraba doña María;
desde entonces hasta hoy día
nada le oyó el dios divino
y la miseria se vino
de golpe sobre los pobres
de esto no hay quién no se asombre
un hueso hoy es oro fino.

Chile siendo tan pequeño
su riqueza es singular
si supieran comerciar
del mundo sería dueño;
tratemos con todo empeño
de negociar con más tino
nuevas rutas y caminos
negociemos libremente
y así precisamente
frenemos al Buen Vecino.

Hablando del punto agrario
el ejemplo es primordial
los fundos en general
del huaso son el calvario;
el sindicato es primario
pa que les abra la vista
contra el gran latifundista
que no permite sembrar
para así al pueblo hambrear
con su garra imperialista.

DESPEDIDA

Por fin lo que se ha ofrecido,
¿dónde está su ejecución?,
falta mucha orientación
en mi suelo empobrecido;
y en honor a lo ofrecido
no borrar de la memoria
que lo que se cumple en gloria
para Chile es un tesoro
y el pueblo con letras de oro
lo graba en su bella historia.

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Confesión de Verdejo

Confesión de Verdejo
Por Gustavo René Vásquez poeta popular de Quintero.

CUARTETA

Aquel que le pican, pica
al que le pican qué hará,
La picada del que pica
que picante no será.

GLOSA

Qué carestía tan grande
la cosa se pone seria,
peor que en tiempo de guerra
la miseria está que arde;
para vivir se hace alarde
en esta nación tan rica
cada día se indican
nuevas alzas en los “Consejos”
digo yo que soy Verdejo
aquel que le pican, pica.

Ya no puede nuestro obrero
en ningún pueblo habitar,
le cobran un dineral
por el rancho, usureros;
se gana poco dinero
que para comer no da
qué amarga realidad,
Verdejo en esto se inspira,
me dice mi Domitila
“al que le pican qué hará”.

Hago yo esta confesión
Soy Verdejo no cobarde,
aunque no comemos carne
cerca de dos años son;
parece cruel ilusión
dicen que la carne es rica,
para el pobre no se indica
y mi Domi está sufriendo
sólo el rico está comiendo
la picada del que pica.

Que no se usa mantequilla
el tiempo ya no recuerdo
mis pantalones remiendo
tienen mil y los portillos;
hablando solo me pillo
no sé qué me pasará,1
con la Domi estoy sufriendo
y de hambre estoy muriendo
que picante no será.

DESPEDIDA

Por fin, la verdad diré
con mi franqueza sencilla,
huevos, leche y mantequilla
del gusto ya me olvidé;
el pan no sé cómo es,
y la verdura igualmente,
soy “Verdejo Penitente”,
por ser pobre nada valgo
cada día más alargo
muelas, colmillos y dientes.

1  Falta línea de la décima.

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Mi saludo y protesta

Mi saludo y protesta
por Gustavo René Vásquez, poeta popular de Quintero.

CUARTETA:

Yo también quisiera entrar
saludando a los poetas,
a la Lira que interpreta
el gran sentir popular.

GLOSA:

Con todo respeto quiero
saludar primeramente,
a EL SIGLO principalmente
el paladín del obrero;
ríndole honor y me espero
por el diario popular
y a la página ejemplar
y a los poetas ladinos,
aunque soy huaso costino
yo también quisiera entrar.

Ante todo me describo:
formalmente les diré
yo soy Gustavo René
y Vásquez es mi apellido;
como en EL SIGLO he leído
y he admirado sus letras,
he compuesto mi cuarteta
en la hacienda donde vivo,
este verso he dirigido
saludando a los poetas.

En los campos, compañeros
donde yo soy explotado,
hoy mi pluma he levantado
pá escribirle a Chile entero;
¡Cuánto sufre el pobre obrero
que dá su vida completa,
siempre la misma silueta
harapiento y desnutrido;
por eso va mi soplido
a la Lira que interpreta.

¿Por qué motivo las leyes
postergan al campesino?,
y si reclama el vecino
nos botan de aquí los “pleyes”;
son los patrones los reyes
y el que administra a la par,
y se niegan a pagar
los sueldos que se han dictado,
los guasos hemos arado
el sentimiento popular.

DESPEDIDA:

Por fin tengo aquí que hablar
de la hacienda donde vivo
y de ella estoy despedido
por lo justo reclamar;
después les voy a contar
y lo voy a hacer con pruebas,
aunque perseguido sea
hablaré de un “dictador”
al gritar la verdad al sol
ni el moño se me menea.

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