Buscando aplausos

Buscando aplausos
Por Carremu, poeta popular de Santiago

Un día Primero e’ Mayo
en un grandioso desfile
donde venían por miles
hacia la Plaza Artesanos;
ái se aparece un fulano
en un auto de primera
y a la concurrencia entera
éste empezó a provocar
sin su objetivo lograr
el traidor de nuestra tierra.

Creía este caballero
que allí seguro iba a hallar
un aplauso popular
o un: vamos compañero,
¡no aceptamos traicioneros!
le dijo aquel pueblo airoso,
escupiéndole su rostro
porque se lo merecía,
y la cara humedecida
se le veía al gracioso.

También su señora guapa
echaba sus herejías
al desfile que venía
en dirección a la plaza;
y mirábale la cara
al infiel provocador
que parecía sudor
el que allí se deslizaba
y la gente lo silbaba
por cínico y por traidor.

Luego la santa señora
después de todo lo hablado
dijo: rotos desgraciados,
¿por qué lo odian ahora?;
yo grité: ¡cállate lora!,
y quédate bien dormida,
suéñate con Bello Olivo,
con Margarita Naranjo,
Fuentes, Fuica y otros tantos
que ustedes deben la vida.

DESPEDIDA

Terminaré, mis señores,
y téngalo muy presente
no creer en esa gente
con facha de delatores
ni con cara de traidores,
aunque de sangre Serena
para el pueblo ya no es buena,
es bastante peligrosa
y recuerden las dos cosas:
Pisagua y General Mackena.

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De Rengo viene cantando

De Rengo viene cantando
por Carremu, poeta popular de Santiago (Dedicada al poeta C. Castillo, de Rengo

GLOSA:

De Rengo viene cantando
el gran poeta Castillo
y yo soy de Cerrillos
lo quiero ir felicicitando;
desde aquí vamos mirando
con gran respeto y cariño,
porque le canta al vecino,
al niño, mujer y anciano
y a nadie deja de mano
cantando a los campesinos.

Yo se lo digo con tino
al compañero poeta
su pueblo ya lo respeta
porque ha sentido su trino;
y por el mismo camino
seguiremos avanzando,
en nuestra Lira versiando
vamos buscando progreso,
necesario es para eso
seguir a EL SIGLO ayudando.

También le quiero dejar
constancia que estoy feliz,
porque ha nacido de ahí
un gran poeta popular;
en versos va a denunciar
la maldad de los fulanos
que no detienen la mano
para explotar al obrero
y asi sufre, compañero,
trabajando de temprano.

Ahora, en este momento,
quisiera yo aprovechar
para saludos mandar
a campesinos de Rengo;
eso es todo y me detengo,
pero, moviendo un tornillo,
veo al poeta Castillo,
cantándole a los renguinos
y yo le digo: “vecino,
soy de Santiago y Cerrillos”.

DESPEDIDA

Aquí voy a terminar,
mi querido compañero,
y con mucho gusto espero
de nuevo verlo payar;
en la LIRA POPULAR,
por ser ella muy querida,
luchadora y aguerrida,
con pasión y con esmero
junto a EL SIGLO, ¡gran vocero!,
de nuestra patria sufrida.

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