Un veraneo en Concón

Un veraneo en Concón
Por Sergio Rueda, poeta popular de San Miguel.

Al visitar Concón
si tú no eres ciego, hallas
en sus cerros y en sus playas
de bellezas un montón.
Si te ofrecen la ocasión
de venir por estos lados
y con los gastos pagados
que sería lo mejor
aprovecha este calor
y vente a ojos cerrados.

Habrás oído nombrar
su tan famoso camino.
El que conduce sin tino
por sus curvas va a parar
a su ancho y verde mar.
Con adelantados al día,
tiene hoy refinería
elaborando el petróleo.
Si parece un cuadro al óleo
pintado con maestría.

Así me escribió un amigo,
describiéndome a Concón;
“Aprovecha la ocasión,
es verdad lo que te digo”.
Se despidió Juan Rodrigo.
Yo le dije a mi mamá:
Si no me deja ir pa allá
no como en una semana,
me cuelgo de una ventana
y ando a pata pelá.

Cuando menos lo pensé
estaba haciendo maletas.
Cuando estuvieron repletas
en Viña del Mar me hallé;
luego un micro tomé
que a Concón me fue a dejar
El Encanto, Montemar,
Cochoa, Playa Amarilla.
También una caletilla
fui conociendo al pasar.

Cuando un poco descansé
al tiro me fui a bañar.
Hacía un frío invernal
y por él me resfrié;
en las olas me interné
luego me empiezo a ahogar
solo agua atiné a tragar,
no sé cómo me sacaron,
oí después que me hablaron
que había secado el mar.

Después escalamos cerros
pero fué peor que lo otro
porque nos patió un potro
y nos mordieron los perros;
me caí sobre un becerro
no supe si yo era Mario,
Sergio, Silvio u Olegario,
y si me hallaba muerto o vivo.
Sólo una cosa concibo:
que Concón fue mi calvario.

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