Querella del jardinero de amor

Los Clásicos
Querella del jardinero de amor
(Anónimo)

QUERELLA DEL JARDINERO DE AMOR

CUARTETA

Un jardinero de amor
planta una planta y se va;
otro la riega y la goza,
¿de cuál de los dos será?

GLOSA

Se presentó el querellante
a Cupido el soberano
diciendole que era en vano
privarle de ser constante;
el juez en el mismo instante
llamó al otro contendor,
el primer cultivador
sobre aquella planta alega:
por qué razón no la entrega
un jardinero de amor

El segundo contestó:
Señor, la planta no niegó
pero yo la hallé sin riego
y volverla me costó;
supuesto que la dejó,
perdió su derecho ya;
desde luego fué ruindá
desamparar la flor bella
y con menosprecio della
planta una planta y se va.

Mas declaraba el primero
en su alegato con prisa:
Ya veo que en mi hortaliza
gobierna otro jardinero;
habiendo puesto mi esmero
en aquella flor frondosa
mi vuelta fué dilatosa,
no por eso soy esquivo
no viendo más el motivo
otro la riega y la goza.

El juez quedó en confusión
cuando declaró el segundo
por aquel plantel fecundo
pendiente de la cuestión;
lo dos tenían razón
y el Juez que en función está
dijo: Se averiguará
y pa que esto no prosiga
lo mejor es qu’ ella diga
de cual de los dos será.

DESPEDIDA

En fin, la flor fué llamada
lo que estuvo a la presencia
se confirmó la sentencia
por el Juez comunicada;
el tiempo que fué cuidada
la codiciosa azucena
para el último era pena,
según dijo al tribunal,
y es justo que salga mal
el que riega planta ajena.

Volver