Libertad

Libertad
(Del tiempo de la Infamia) por Rafael Martínez Navia

No quiero torpes orgías
ni tampoco un vil tesoro
ni beber en copa de oro
efímeras alegrías;
no pretendan con falsías
quebrantar mi voluntad
no me den felicidad
si esta no es digna y notoria;
para mi la mayor gloria
es gozar de libertad.

Libertad para vivir
libertad para pensar
libertad para estudiar
libertad para escribir;
libertad para decir
lisa y llana la verdad
reclama la humanidad
con patriótico fervor
y yo con profundo amor
también pido libertad.

Libertad para el perverso
que nunca presta su mano
para barrer al tirano
de la faz del universo;
libertad, unión y esfuerzo,
paz, trabajo y lealtad,
himno de felicidad
en el corazón del hombre
yo adoro tu dulce nombre
¡oh, súblime libertad!

La libertad no es un mito
sino que un don natural
que anima a todo mortal
desde que da el primer grito;
sin ella se ve proscrito
el hombre en la adversidad
pues hay gente sin piedad
que la amarra a vil cadena
por eso mi voz resuena
de amor a la libertad.

Sin ella no hay paz ni gloria
entre los pueblos del mundo
y sólo el odio es fecundo
de ignominiosa memoria;
sin ella el hombre hace historia
con suma perversidad
gritando a la humanidad
que muera la inteligencia
la luz, el amor, la ciencia
y también la libertad.

Pues, bien, preciosa deidad,
vuelve pronto a mi país
pues deseo ser feliz
a tu vera y claridad;
paloma de azul matiz
cúbreme con tu amistad
estoy triste en realidad
y la soledad me exalta
nada más porque me falta
el sol de la libertad.

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