Los hijos

Los hijos
Pedro González, poeta popular de Rancagua

Cuando nace algún varón
se siente feliz el padre
igual pasa con  la madre
que lo cuida con amor;
olvidando el gran dolor
que éste le causó al nacer
pone todo su querer
en aquel recién nacido
y como es su hijo querido
ni llorar lo quiere ver.

Cuando está ya algo crecido
alegran sus travesuras
hace olvidar amarguras
echa el dolor al olvido,
aunque el padre haya tenido
una muy dura jornada
siempre alguna carcajada
lanzará con gran cariño
para alegrar a aquel niño
luz de su humilde morada.

El padre no siente frío
tampoco siente calor
y desprecia hasta el dolor
por el pan del ser querido;
y si otro niño ha nacido
aumentando el sufrimiento
siempre el padre está contento
todo lleno de confianza
pues ha puesto su esperanza
en el hijo y su talento.

La madre velando el sueño
del niño recién nacido
con su rostro enternecido
atiende su bien pequeño;
siendo su hijo el dueño
de su vida y su querer
aun más quiere tener
para aquella criatura
a quien dió su alma y dulzura
al momento de nacer.

DESPEDIDA

Al fin, se cree hombre viejo
cuando empieza a trabajar
y el niño piensa en dejar
sus padres por el mal consejo;
es su anhelo el irse lejos
todo el tiempo con afán
y sus padres quedarán
con el rostro envejecido
y su hijo tan querido
ni les tira con un pan.

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