Una anécdota de mi vida

Una anécdota de mi vida
Por Luis Paredes Palominos, de San Vicente de Tagua Tagua

 CUARTETA:

Cuando salí de mi tierra
me vine de allá pacá
si no me hubiera venío
tuavía estaría allá.

GLOSA:

Cuando salí a atorrantiar
sólo a Dios me encomendé
un burro y chancho dejé
de recuerdo en mi lugar;
taba deseoso’e cambiar
cansao’e mi suerte perra
por las montañas y sierras
cansancio y hambre sufrí
mucho a mis viejos sentí
cuando salí de mi tierra.

A mi compaire On Lucas
le dejé mi yegua flaca
a mi comaire la vaca
mi ahijao que es el trutruca;
mojao como una diuca
me fui donde mi pelá:
“de vos ya no quiero ná
roto parchado indecente”,
llorando mi mala suerte
me vine de allá pacá.

La estera pa los quesillos
al igual que la callana
se la regalé a mi Juana
la maire de mis chiquillos;
un parcito’e calzoncillos
esos se los di a mi tío
y pa que no hubiera lío
ni tampoco hubiese enojo
ya parecería piojo
si no me hubiera venio.

La camita en que dormía
eran saquitos paperos
se los di a mi compañero
con la piedra en que molía;
una perrita paría
se la di a mi pior es ná
me dijo “a que no me da
su canaria cantorcita”…
si se la doy, por la chita,
toavía estuviera allá.

DESPEDIDA:

Al fin, yo les hey contao
la opulencia de mi vida
mi guitarra tan querida
es l’unico que no he dao;
con ella me hey alegrao,
mis noches cruas de invierno,
como digo, nada tengo,
ni un tacho pa tomar ulpo,
pero más patas que un pulpo
tiene este roto chileno.

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