Michuriniana

Michuriniana
Por Manuel Urbano, poeta popular de Puente alto

Dice un sabio y será cierto;
–pues la ciencia es la palanca
que a los misterios arranca
la luz del conocimiento–;
de la vida los cimientos
infinita es la simiente;
sea anima consciente
o de aparente letargo
donde hay un soplo de algo
está la vida latente.

Sobre el hielo reluciente
y en los profundos abismos,
en el feroz cataclismo,
en las llanuras ardientes
o en los polos inclementes,
fija como una obsesión,
la gema de un corazón
en potencia va latiendo
y eternamente va a hirviendo
la levadura del amor.

Nada detiene el ardor
de la amiba, subcriatura
impalpable miniatura
del aliento creador;
el génes en su primor
va moviéndose ligero
en su misión, placentero
de preñar al universo
el polen, duende travieso
fecunda “La tierra en flor”.

El candil del resplandor
la luciérnaga transporta,
¡lo finito nada importa.
La muerte misma en su hondor
es el candente crisol
de la arcilla plasmadora
de vivencia agotadora
el morir es pausa leve,
luego en larvas se conmueve
la materia redentora.

De gusano a mariposa
del limo vil a la altura;
naturaleza en procura
de la cuna o de la fosa
siempre late jubilosa.
Es el nacer un raid
corto descanso al morir;
desde el embrión subvidente
hasta el astro refulgente
confirman a Michurin1.

1  Iván Vladímirovich Michurin

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