La rosa para Gabriela

La rosa para Gabriela
por Teresa Briceño

Singular mujer chilena
sensibilidad hecha carne
tus versos hablan de amor,
de paz, de mar y de tierra.

En el umbral de la gloria
se ha apoyado tu cabeza
y las nieves de tus sienes
brillan ya con luz eterna.

Tus profundos ojos miran
hacia abajo, a la Alameda,
y se ilumina tu rostro
cuando adviertes los moñitos
de aquella niña morena
que se empina para verte.

Es tu pueblo el que te busca
el que te llora y te canta
y es el amor de tu pueblo
el que te vuelve a tu Patria.

Neruda no podrá hablar…
pero dijo que en silencio
y en una tarde cualquiera
se irá a recitar sus versos.

Dejará una rosa roja
que de tibieza a tu cuerpo
te dirá el adiós postrero
con su verba prodigiosa.

Y antes de entrar a la gloria
le agitarás tu pañuelo.

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