Cuando yo fui constructor

Cuando yo fui constructor
por Rubén Amador, poeta popular de Santiago

CUARTETA:

Trabajé en la construcción
porque ése era mi oficio,
en ciento un edificio
petrencado en un tablón.

GLOSA:

Siendo un pobre campesino
yo me vine pa Santiago
y como no era ni un vago,
enfilé por buen camino.
Dándomelas de ladino
sin saber mi profesión,
tan sólo con mi afición
por algo en qué trabajar,
sin mucho que cavilar
trabajé en la construcción.

Hoy tomé el chuzo y la pala
y esto fué pa principiar,
me pusieron a cavar
una tierra hartazo mala,
que a la del campo no iguala
y el cavarla es sacrificio.
Menos mal que al ejercicio
yo estaba acostumbrado,
que en el campo he trabajado
porque ése era mi oficio.

A poco fuí progresando
porque he sido siempre activo
y al trabajo no le esquivo
cuando yo estoy trabajando;
A la mezcla estuve alzando
y muy pronto aprendí el oficio
y como no tengo vicio
le hice empeño a algo mejor
y fui así enfierrador
en ciento un edificio.

Más tarde fué un buen maestro
el que me enseñó a estucar,
y ahí me vine a afirmar
para ganar el “pan nuestro”.
En mi trabajo fuí diestro
porque le puse afición;
mas no faltó la ocasión
para el mal que me acechaba
y me caí cuando estaba
petrencado en un tablón.

DESPEDIDA:

Aquí me llegó el final,
pues con tamaño encontrón
yo dejé la profesión
que me ha sido muy fatal;
Mi columna vertebral
ya no sirve para eso
y además son varios huesos
los que allí me he fracturado.
De lo que me han explotado
lo diré en otros versos.

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