Consejo de un enamorado

Consejo de un enamorado
(anónimo)

NOTA: Enviada por el señor Mario Michaud Bravo, quien la recogió, según sus propia palabras, “de labios de una anciana que actualmente vive en los castizos alrededores de Jahuel, versos que ella aprendió en lejana época, de fuente desconocida”.

Amítame este consejo
si quieres que yo te quiera:
mata el quiltro’e moledera
para que duerman los viejos;
si no lo hace yo te dejo
y para siempre te olvido
que a causa de los ladridos
casi es que nos han pillado;
yo me encuentro constipado
por llevarme tanto frío.

Si matas ese animal
a menudo voy a verte
y entonces puedo quererte
con un amor sin igual;
que es la causa principal
porque paso malos ratos
y entonce el nudo desato
y te doy cuanto tú quieras
calzón, camisa y polleras,
pañuelo, media y zapato.

Cuando el viejo nos pilló
fué porque el quiltro ladraba;
como malicioso estaba
por eso me vigiló;
y el viejo me apercolló
y el quiltro fué a los fundillos
por las piernas y tobillos
me dió varios mordizcones
me rompió los pantalones
y también los calzoncillos.

Me dieron el refregón
junto  con la vieja lesa
ese viejo con la pierna gruesa
viejo nariz de podón;
yo desde aquella ocasión
lo paso afuera esperando
veo al viejo cabeceando
afirmado en un pilar
y no se quiere acostar
porque el quiltro está ladrando

DESPEDIDA

A los señores templados,
mata de clavel rosado,
en casa donde haya quiltro
no se hagan enamorados;
cuando están más descuidados
sale el quiltro de un repente
en esto el viejo  lo siente
y me los puede atrapar
los hace a palos pasar
las penas de San Clemente.

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