Al pueblo de mi patria

Al pueblo de mi patria
Por Moisés Muñoz Lorca, poeta popular de Talca

NOTA: La presente composición del poeta don Moisés Muñoz Lorca, fué compuesta y publicada hace 35 años, según nos informa su propio autor. Con gusto la reproducimos ahora, a la vuelta de tanto tiempo, para que se aprecie su belleza tan típicamente popular y la notable diferencia de lenguaje y de ideas entre la poesía proletaria de aquellos tiempos y la actual. Esperamos que este poeta que damos a conocer ahora se convierta en uno de nuestros colaboradores habituales.

Levántate, pueblo obrero
del cieno en que te ha postrado
el oligarca malvado
feudalista y vil negrero;
que seguir de pordiosero
no es digno del ser humano
sed como el pueblo espartano
rompe con la esclavitud
y al compás de mi laúd
levántate, pueblo hermano.

Levántate a la batalla
por tu dignidad robada
y alza tus manos crispadas
contra la fuerza canalla;
gritadles que la metralla
les puede muy bien servir
para matar los cien mil
de burgueses y lacayos
y al hacer estos ensayos
viva el pueblo varonil.

Viva mi pueblo consciente
del uno al otro confín
porque ha pensado en vivir
sin feudal terrateniente;
y hoy que levantas tu frente
con valor y dignidad
haced que la humanidad
con su precioso albedrío
no tenga tuyo ni mío
pero sí SANTA IGUALDAD.

Lucha sin temor y espera
ve coronada tu gloria
mientras canto a tu memoria
con mi lira plañidera;
yo presiento que en la esfera
de toda la faz del mundo
van cayendo sin segundo
los calvarios y coronas
y que tú mismo pregonas
mi verbo de amor fecundo.

Sólo tu gloria y porfía
te salvará del martirio
y así tu negro delirio
principiará su agonía;
usa de esa valentía
que has demostrado en la guerra
y haced que ruede por tierra
el negrero torvo y ruin
y así no habrá ni un Caín
ni esclavos sobre la tierra.

DESPEDIDA

Crispa tus manos piadosas
y hace temblar los palacios,
caigan por fin los reacios
en la más inmunda fosa;
y en su entraña venenosa
muera el germen inhumano
que ya no habiendo tiranos
tampoco habrá esclavitud,
y al compás de mi laúd
levántate, pueblo hermano.

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