Por Jesús crucificado

Por Jesús crucificado

CUARTETA:

Querida vente a mis brazos
de mi amor no te recelo
sabís bien de que por tí
no hay instante que no peno.

GLOSA:

A María Magdalena
la llamaban pecadora
se arrepintió en feliz hora
con gran contricción y pena;
hizo penitencia plena
y así retiró los lazos
leyendo ejemplos y casos
de la Gloria alcanzó el ramo
murió y le dijo nuestro amo:
querida vente a mis brazos.

Dimas, que fué el buen ladrón
con él daré comprobanza
que en tres horas de tardanza
recibió el feliz perdón;
el aquella posesión
de cedro palma y laureles
conmigo adonde los fieles
el Señor le habló al oído:
“Si venís arrepentido”
de mi amor no te recelo.

San Pedro aunque lo negó
mucho le pesó el llorar
pero así pudo salvar
el error que lo turbó:
al traidor que lo vendió
le dijo el Creador así:
“Judas en qué te ofendí
que me has venido a entregar
me van a crucificar
sabís bien de que por tí”

Al Creador del cielo preso
lo sacaron de aquel monte
de Oliver el horizonte
a cargar el duro peso;
pecador, desde aquí empiezo
a sufrir porque conviene
Jerusalem me detienen
dice la madre llorosa
Jesús en la cruz penosa
no hay instante en que no pene.

DESPEDIDA:

Al fin se trajo al soldado
Longino que por venganza
con aquella aguda lanza
le hirió su santo costado;
Allí también desnudados
fué de su real vestidura
los astros su luz tan pura
apagaron ese día
y en la última agonía
la tierra se quedó obscura.

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Verso a lo divino por la pasión de Cristo

Verso a lo divino por la pasión de Cristo
Por Raimundo Navarro Flores, poeta popular de Santiago

CUARTETA:

Estar sin vos es morir
estar contigo es penar
luego no se puede estar
con vos, contigo y sin ti

GLOSA:

A muerte lo sentenciaron
al poderoso Infinito
sin tener ningún delito
en una cruz lo clavaron;
de espinas lo coronaron
para hacerlo más sufrir
cuando estuvo p’a partir
a todo el mundo bendijo
Ángel celestial le dijo:
estar sin vos es morir.

Llegó el tiempo designado
para su muerte afrentosa
en que la madre piadosa
ve morir a su hijo amado;
y Magdalena a su lado
la acompaña en su pesar
hacen el cuerpo bajar
a los brazos de María
en su corazón decía:
estar contigo es penar.

Llena de pena y ternura
pasa la madre con llanto
el cadáver sacrosanto
para darle sepultura;
un momento de amargura
que hace hasta el cielo enlutar
Juan repite sin cesar:
mi Padre, maestro y Dios
muy probable es que sin vos
luego no se puede estar.

De negro luto vestida
quedó la Virgen tristísima
traspasó su alma santísima
tan dolorosa partida;
ve que ya rindió la vida
el hijo, y exclama así:
Ven Supremo Rey aquí
en mi pueblo a acompañarme
yo no puedo confortarme
con vos, contigo y sin ti.

DESPEDIDA

Ángel glorioso y bendito
lucero al venir el día
la Virgen Santa María
lloró la muerte de Cristo;
como por todos se ha visto
el sufrir de esta paloma
tomó San Juan la redoma
p’a bautizar al Señor
dejó su Santa pasión
de espinas una corona

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Boliche celestial

Boliche celestial
Enviada por el señor Alvarez C. de Santiago, quien la oyó siendo niño

Un día que Jehová
durmiendo la siesta estaba
toda su corte almorzaba
porque era la hora ya;
Lucifer subir de acá
a tentar a San Marcelo
y a la Virgen del Carmelo
la hizo tocar guitarra
y por causa de esta farra
hubo un bochinche en el cielo.

El son lo dio la vihuela
tocando la refalosa
cuando ven a Santa Rosa
bailando que se las pela
en esto Santa Fidela
prepara el ponche en seguida
al llegar San Jeremías
llamó a la Santa Rebeca
para bailar una cueca
a l’hora de la comida.

En esto llegó Crispín
el santo más calavera
se arrebató la ponchera
y huyeron con San Agustin
Santa Rita y San Fermín
cantaron un esquinazo
San Juan quizo bailar lazo
San Pedro guapo llegó
y a San Crispin le quitó
la ponchera de un chopazo.

San Pablo a Santa Lucía
quería hacerla cantar
otros querían bailar
San Gervasio discutía
San José a Santa María
dijo: “mala está la cosa”
San Francisco y Santa Rosa
por evitar bochinche
echaron por tierra al trinche
quebrando toda la loza.

DESPEDIDA:

En esto Dios despertó
al ruido del boche aquel
y al Arcángel San Miguel
a investigar lo mandó
a San Crispin lo encontró
con un ojo empavonado
San Agustín disgustado
con San Pedro disputaba
y vio el Arcángel que estaban
los santos todos curados.

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