Libres como la paloma

Libres como la paloma
Por don Juan del Valle, poeta popular de Combarbalá

CUARTETA:

De paz, paloma, es tu arrullo,
que vaga entre los nipales
donde el viento juguetea
por entre los carrizales.

GLOSA:

Abandonaste el nido
arrulladora paloma
y por cañadas y lomas
huyente al dios de olvido;
buscaste el reino florido
pa brindarle tus arrullos,
eres el blanco capullo
de las praderas chilenas
y engarzado en dicha y pena
de paz, paloma, es tu arrullo.

Por senderos escarpados
por los cerros y quebradas
buscaste la meta ansiada
en brazos del viento alado
tu mejor y raudo aliado
cruzaste cien manantiales
en días de madrigales
o de mantos nebulosos
en busca del canto hermoso
que vaga entre los nipales.

Buscaste por las alturas
y por la breña intrincada
tu reino, tu tierra amada
la tierra de la hermosura;
donde toda herida cura
y donde el amor enreda
sus ramilletes de seda
en torno del corazón
donde eterno reina el sol
donde el viento juguetea.

Y así seguiste volando
al “barín” escabullendo
tu cuerpo: luna de invierno,
tu hermosa tierra buscando;
cien manantiales cruzando
y un día de madrigales
lo hallaste en unos nipales
y lanzaste vagabundo
un arrullo moribundo
por entre los carrizales.

DESPEDIDA:

Por fin, lectores amigos
quién no desea vivir
donde no reine el sufrir
que el pobre lleva consigo
verdad es la que les digo
quién no quiere un mundo e paz
donde reine libertad
igual que el de la paloma
ese día ya se asoma
lucha el pueblo por la paz.

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Paisaje campesino

Paisaje campesino
Por don Juan del Valle, poeta popular de Combarbalá

CUARTETA

Trina un pájaro cantor
muge una vaca bermeja
y su rebaño de ovejas
lleva arriando el buen pastor.

GLOSA:

Vistiendo burdas ojotas
y raído pantalón
remendado chaquetón
y una cotonita rota;
va el pastor, que como gotas
de rocío en esa flor
posa sus besos de amor
y tiene clara mirada
como brindi a la alborada
trina un pájaro cantor.

Salta a su lado un choquito
demostrando su contento
él lanza su voz al viento
que es un canto o es un grito,
que rauda hacia el infinito
se pierden cual miles quejas
lleva el rebaño de ovejas
hasta la verde montaña
mientras allá en la cabaña
muge una vaca bermeja.

Mediodía ya ha pasado
echado bajo un espino
contento de su destino
muerde el rico pan tostado;
cebolla y el charqui asado
que le dio su mama vieja
después el arroyo deja
donde crece el verde berro
con su morral y su perro
y su rebaño de ovejas.

BEBE EL AGUA CRISTALINA
corre tras los corderillos
y en su alma de chiquillo
canta el risco, la neblina
canta con su voz divina
el viento a la roja flor
y la besa un picaflor,
mientras la tarde declina
ovejas tristes, cansinas
lleva arriando el buen pastor.

DESPEDIDA

Por fin llega a la majada
donde su madre lo espera
está hirviendo la tetera
y dan olor las tostadas;
cubre la noche callada
la cabaña de totora
la cabaña donde mora
la alegría y la pobreza
dormita el pastor y reza
que de su descanso es hora.

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Recuerdo del campo

Recuerdo del campo
Por DON JUAN DEL VALLE

CUARTETA
También aunque pueblerino
yo le sé al campo el sabor
sé de gorjeos y trinos
y de alfalfares en flor

GLOSA
Allá donde anuncia el gallo
la llegada de otro día
nací en una tarde fría
según mis paire en Mayo;
a donde alto crece el tallo
y onde alegre y cantarino
corre el arroyo entre trino,
despierta alegre el labriego
y a las siembras yo le pego
también aunque pueblerino.

Entre los cerros viví
la vida del campesino
vi mil albores divinos
y bella emoción sentí;
cuando traía hasta mí
la brisa aroma de flor
o trinaba el ruiseñor
junto con morir el día
y si pasé tardes frías
yo le sé al campo el sabor.

Sé de trueno y vendavales
sé de escarchas, nieve y lluvia
sé de las espigas rubias
que en los meses estivales
ondulan en los trigales
sé de la flor del espino
de la vida ‘el campesino
supe alegrías y penas
y en las noches muy serenas
sé de gorjeos y trinos.

Sé del mujío ‘el ternero
y de la vaca bermeja
triste el balar de la oveja
o del hermoso cordero;
el relinchar del overo
y el cielo de azul color
las mañanitas de sol
y el sabor de un buen pastel
y fragancia de clavel
y de alfalfares en flor.

DESPEDIDA
Por fin yo ya me despido
en estos versos confiando
la evocación de ende cuando
viví en el campo entre el frío;
o cuando estaban floríos
de verdor hasta los cerros
fresca la placa y el berro
se encontraba en el arroyo
y del sauce en un cogollo
en las albas canta el merro.

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