Mi bienvenida a Hugo Sergio Amador

Mi bienvenida a Hugo Sergio Amador
Por José del Carmen Yañez, poeta popular de Llepo

Con regocijo sincero
yo le doy la bienvenida,
pues, los dos en esta vida
hacemos de zapatero;
por eso saludar quiero
a Hugo Sergio Amador
que será otro luchador
junto a Carrasco y González
y Agueda que sobresale
con Lazo ese gran cantor.

En “La Lira Popular”
junto con Mora estaremos
y con Polanco seremos
amigos en el cantar;
y no habremos de olvidar
a nuestros dos directores
que agrandan nuestros valores
invitando a trabajar
pudiendo así aprovechar
nuestras pobres condiciones.

Martínez Navia, un señor,
poeta de jerarquía
junto a Carrera María
y al Obrero del Carbón;
te abrirán su corazón
si hasta acá quieres llegar,
para con ellos versiar
con tanta buena intención
y por toda esta razón
te quiero felicitar.

DESPEDIDA

Y me despido señor
esperando que he de ver
junto a un poema de Riel
otros versos de Amador;
Rebolledo otro cantor
seguro se ha de alegrar
Camilo Rojas va a estar
con otro que no recuerdo
pues de memoria soy lerdo
y me van a disculpar.

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Visión de Concepción

Visión de Concepción
Por Edison Grandon, poeta popular de Concepción

CUARTETA

Grande y hermosa ciudad
con bellos parques y plazas
con industrias nada escasas
y gran Universidad.

GLOSA

González de Viña ‘el Mar
me ha pedido que le cuente
cómo se lleva la gente
que mora en este lugar;
yo no me hago de rogar
pa contarle la verdad
sea la calamidad
de los barrios aparatados
o el orgullo ‘e ser llamados
grande y hermosa ciudad.

Grande y bella es Concepción
pero no es todo belleza
hay carestía y pobreza
pésima locomoción;
pa que hablar de habitación:
ni pa los ricos hay casas
las poblaciones escasas
dejan muchos sin hogar
pero podemos contar
con bellos parques y plazas

Paseos tradicionales
refugios de enamorados
son ahora reemplazados
por plazuelas más centrales;
pero obreros industriales
no visitan estas plazas
pues, ni pa atender sus casas
la pega les da ocasión
esto ocurre en Concepción
con industrias nada escasas

Ciudad industrial primero
de aquí todo sale hecho
telas, vidrios, clavos, techos,
y en Huachipato el acero;
da pega a miles de obreros
pero invade la ciudad
de gringos que a la verdad,
hacen subir más las cosas,
pero queda nuestra hermosa
y gran Universidad

DESPEDIDA

Pa terminar lo cantado
debí hablar de este plantel
de la lucha sin cuartel
que este noble estudiantado
junto al obrero ha librado
por sus reivindicaciones,
pero son muchos renglones
pa una sola poesía
pa seguirle la porfía
seguiré con mis canciones.

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Retorno al amor

Retorno al amor
Por Alejandro, poeta popular de Santiago

Deseando olvidarte un día
yo me alejé de tu lado
pero hoy cuenta me he dado
que olvidarte no podía;
ya que tu imágen veía
donde quiera que mirara,
en el sueño que soñara,
en el agua que corría,
en la tarde que moría
en la noche que llegara.

Te vi al mirar las estrellas
y caminando ante el sol
rodeándote su fulgor
pareciendo así más bella;
tú fuiste en la historia aquella
la esclava de un gran amor,
yo, el caballero de honor
que rescatara a su amada
y fuiste la inmaculada
en un templo del Señor.

No quiero darte mi amor
pero no dejó de amarte
¿cómo yo podré olvidarte
si estás en mi corazón?;
en el lecho y su calor
estoy besando la almohada
y es ésta tu boca amada
que deseo con pasión,
y es la febril ilusión
de caricias anheladas.

Ya no puedo ya soportar
estar lejos de tu amor
quiero sentir el calor
que tú así me quieras dar;
a tu lado quiero estar
y voy marchando anhelante
si ayer quise estar distante
hoy quiero estar junto a tí
ya no hay voluntad en mí
tu amor me venció triunfante.

DESPEDIDA

He de llegar a tu lado
de mi orgullo ya vencido
desgarrando mis vestidos
y el corazón torturado;
y tú en un trono formado
por mi febril ilusión
me otorgarás el perdón
que yo te quiera pedir
y después he de morir
gozoso de tanto amor.

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Recuerdos

Recuerdos
Por X

¡Ah! Que vieja la casucha,
¿Cuántas lunas ya tendrá?
¿desde cuándo abandoná?,
solitaria, triste escucha,
cómo graznan las lechuzas,
entre los verdes quillayes;
o entre los colligüayes
como croa un sapo arriero,
o como el tordo parlero
trina antes de que el sol rave1.

La filpa del enquinchao
su traje e’ barro lo botó,
del techo sólo quedó
un palo ya apolillao,
las puertas las ha botao
el juerte viento nortino;
si se borró hasta el camino
que al arroyo conducía
y hasta el jazmín ya sin vía
está en brazos del espino.

Botaos en un rincón
está un hacha, una barreta,
una echona y una horqueta,
una pala, un azadón;
de un viejo mango un podón,
sobre los que las arañas
usando paciencia y maña
tejiendo han ido sus telas,
también hay unas espuelas,
las cuales el polvo empaña.

En el centro hay un brasero
lleno ‘e blanquizca ceniza,
en una pobre repisa
está el roto azucarero;
duermen encima ‘e un arnero,
un tacho y una callana,
nogosa una palangana
y una paila aportillá,
y una olla desfondá
está en la piedra chancana.

¿Qué ha pasado o qué pasó?
en la casucha campera,
¿Por qué la vieja tetera,
abandonada quedó,
y nadie el fuego encendió,
y nadie regó el clavel,
y nadie saca la miel,
y la alfalfa nadie riega
al que hoy la pega-pega
ya le cubre huraña y fiel?

¿En dónde está la viejita?
esa de negra pollera
y plateada cabellera,
¿por qué dejó su casita?
en dónde se dan hoy cita,
la tristeza, el abandono;
y en dónde sentó su trono
de desolación, la ruina
y el tiempo trovas de encono?

Se lo pregunté al sauzal
y me respondió un lamento;
se lo pregunté al pimiento,
y al verde cañaveral,
a la finca del corral
y ninguno respondió,
¿por qué el mozo Juan de Dios
no se le escucha cantar
acompañando al zorzal
al compás del guitarrón?

¿O fue él, que cierto día
a tierra extraña rumbió
y a su maire la dejó
llorando por su partía?
¿Fue él quien ya no vería
otra vez el lindo pago
ya que cambió por el trago
el amor por su viejita?
en quien la pena infinita
y la amargura hace estragos.

¿Él fue aquel que condenaron
por dar muerte a una mujer
que en el amor le fué infiel,
el fué aquel que fusilaron,
y pal que triste lloraron
los ojos de la viejita,
que muy sola en la casita
no pudo ir a la prisión
a ver el hijo ‘e su amor
en esa postrera cita?

Y en esa noche de enero
ella fue la que partió,
en busca de Juan de Dios,
y desde entonces el estero
por las noches al misterio
de las tinieblas decía:
se fué la vieja Lucía
con el alma acongojada;
y en seguida preguntaba
que cuándo regresaría.

DESPEDIDA

Por fin creo comprender
en too lo sucedido,
me retiro arrepentido
y nunca pienso volver;
lo que quería saber
de la casucha campera;
me lo dijo la tranquera,
me lo dijo el corazón,
el llorar del ruiseñor
y el gemir de las higueras.

1  Por la rima, debiera ser “raye”

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Contestando a José Riel

Contestando a José Riel
Por Agueda Zamorano, poetisa popular de Santiago

CUARTETA

Gran poeta José Riel
no puedes ser marginado,
tu pedido fué aceptado,
y a reconocer cuartel.

GLOSA

Respuesta en particular,
requería tu pedido,
y solo hoy he podido
tus décimas contestar;
sin dejar de recordar
que pediste el día aquel,
ante promesa de fiel,
que no fueras marginado,
para ser organizado,
gran poeta José Riel.

En reunión sin demora
tu petición fué tratada
y ha sido considerada
tu valor que te valora;
poeta que colaboras
con el plan que se ha trazado
que ha tu tierra le has cantado
y al pueblo trabajador
con entereza y valor
no puedes ser marginado.

Tardó mi contestación
con motivo de la fiesta;
pero hoy va mi respuesta
que te dará un alegrón;
acordó la dirección
de dejarte incorporado
y tengo el mayor agrado,
como era tu deseo,
de decirte sin rodeo
tu pedido fue aceptado.

Nos sentiremos honrados
de poder, pues, estrechar,
la diestra para sellar
tu condición de asociado;
y hoy espero que el llamado
buen amigo José Riel
no se queda en el papel
y hacia acá enfiles tus pasos
a darnos un fuerte abrazo
y a reconocer cuartel.

DESPEDIDA

Y aquí te digo al final
no te quedes rezagado
y vente por estos lados
que hay reunión semanal;
por cierto en día especial
los miércoles, acordado,
te dejo pues invitado,
que deseamos conocerte
y en unión de lazo fuerte,
cantemos como has cantado.

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A los esposos Rosenberg mártires de la paz

A los esposos Rosenberg mártires de la paz
por Ricardo González, poeta popular de Viña del Mar

Salí esa noche un momento
pa ver correrse una estrella
pero las vi a todas ellas
temblando en el firmamento;
al cabo’ ‘e corto suspenso
todas negras se pusieron
luego rojas se volvieron
seguro que jué ilusión
era grande mi emoción:
temblando siempre siguieron

La Paz halla muy herida
por el crimen alevoso
que cometieron rabiosos
perros de casta podrida;
sienten su causa perdida
traficantes guerreristas
con sus métodos fascistas
tratan de sobrevivir
ya no pueden resistir
el avance pacifista.

Al no entregar sus conciencias
los esposos Rosenberg
al mundo lo hicieron ver
la verdad de su inocencia;
el mundo pidió clemencia
pero siempre la negaron
y sus dos hijos quedaron
sin el cariño paterno,
tendrán un recuerdo eterno
de quienes los victimaron.

Combatientes de la Paz
¡Honor a los Rosenberg!
que no tengamos que ver
crimen igual nunca más
no se levanten jamás
los traficantes de guerra
y sus máquinas que encierran
la muerte y desolación
transformemos en canción
de la Paz sobre la tierra.

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