Un ave en la laguna de Cahuil

Un ave en la laguna de Cahuil
Por Avelino Contreras Martínez

De las aves del lago de Cahuil
más que todas, una me fascina
es aquella de alas pintadas
y de cuello color de sardina.

Se ve sola en ambas orillas
esa es su costumbre muy rara
y si no la hubiera observado
de la cual yo no me ocupara.

Se asemeja mucho a la perdiz
eso si, que no en lo silenciosa;
pues la otra al emprender el vuelo
impresiona por lo bulliciosa.

Su plumaje es también café claro
de estatura es un poco menor,
se ve siempre en la orilla del lago
o en el agua cuando hace calor.

Sólo el cuello y las alas parecen
hasta cierto punto desiguales
y si no fuera por ese detalle
de seguro serían iguales.

Yo la admiro porque es diferente
de la variada fauna marina
cuando cruza la extensa laguna
ciertas veces nadando se empina.

Y se encuentra en lugares propicios
que se acostumbra siempre recorrer,
de los cuales se aleja en la noche
para el día siguiente, volver.

Y el ave misteriosa que recuerdo
cuyo nombre es el de perdicilla,
yo la he visto en Llille y Longosto,
en La Boca y enfrente de La Villa.

Aun conserva las mismas costumbres
que yo bien le observé en mi niñez
anda sola y con el paso lento
así la he vuelto a ver otra vez.

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Una sugerencia a Marte

Una sugerencia a Marte
Por Simón Pavel
(Poeta popular de Los Rulos)

¿Por qué no me escribiste que vendrías,
no tenías papel, te faltó tiempo…
teniendo tanto artista a tu servicio
que escriben día y noche el firmamento?

Si algo raro te pasa no me culpes
no es propósito mío hacerte daño
porque con ese traje es muy posible
que en Chile se te trate como a extraño.

Usa otra indumentaria cualesquiera
menos ese color: es peligroso
Yo vi sacrificar a un ciudadano
por tener del color tuyo los anteojos.

Por eso te lo pido, no es capricho,
que no llegues aquí de esa manera
porque se tiene de ti muy mal concepto
incluso se te culpa de las guerras.

Si no crees, observa, por las noches
cómo exploran el espacio los vigías
todos en dirección hacia tu paso
no ha de ser porque quieran tu venida.

Temen a tu ardor más que al infierno
como le teme el ángel al pecado.
Les asusta una loica si ésta vuela
y luce tu color en el tapado.

Quizás te escandalice lo que veas.
En la tierra de Adán, a tus hermanos
una cequia cualquiera es un disgusto
y arman tremendo lío los paisanos.

Ya ves por qué te digo que no vengas
y cancela ese viaje hacia la tierra
así podrás evitar que el belicista
nuevamente te culpe de la guerra.

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Del folklore de Carahue

Del folklore de Carahue

Don Ramón A. Laval, famoso estudioso de la lengua y especialmente de nuestro folklore, publicó en Madrid en 1916 su obra “Contribución al folklore de Carahue”, obra que fué producto de una detenida visita al mencionado pueblo, donde don Ramón recogió de boca de antiguos habitantes la mayoría de los versos, medicina, refranes, adivinanzas, frases y juegos infantiles que forman el libro. El acucioso estudio de Laval es una obra indispensable para los estudiosos del folklore. De sus páginas extractamos las poesías populares que se reproducen: “La Semana” y el “Verso de Niño”.

 

La Semana¹

El lunes de la semana,
saliendo a pasear Inés,
me encontré con la inhumana;
dije, rendido a sus pies:
-Señorita, si me admite,
el corazón le daré.
Me respondió con sonrisa:
-Ahora no puede ser;
mañana al anochecer.

El martes, siguiente día,
en mi puerta me paré,
y en su aporte parecía
más un ángel que una mujer.
Yo le dije: -señorita,
lo prometido de ayer.
Me respondió con sonrisa:
-Ahora no puede ser;
mañana al anochecer.

El miércoles por la tarde;
saliendo yo del café,
iba con su madre al lado,
¡Ay de mí! ¡Si la hablaré!
Alargué el paso y le dije:
-Señorita doña Inés…
Me respondió con sonrisa:
-Ahora no puede ser;
mañana al anochecer.

Jueves, me vi precisado
a hablarle con altivez;
saludéla atentamente,
muy ufano y muy cortés,
y le dije: -Señorita,
modere usted su esquivez.
Me respondió con sonrisa:
-Ahora no puede ser;
mañana al anochecer.

El viernes por la mañana
temprano me levanté,
corriendo me fui a su casa,
que iba a salir la encontré,
y luego, al punto, ella, al verme
sin aliento dijome:
-Caballero, voy de prisa,
mañana al anochecer.

Llegó el sábado, que un siglo
me llegaba a parecer,
y enternecido le dije:
-Señorita, ¿me ama usted?
Si me ama, yo la amo;
no me haga morir, cruel.
-Consuélese, dice entonces,
que ahora no puede ser;
mañana al anochecer.

El domingo memorable
corriendo la fui a encontrar.
La muy ingrata me dijo:
-Caballero, a descansar;
toda la semana entera
se permite trabajar;
más, por la Iglesia Romana,
el domingo ha de guardar.
Caballero, vaya a andar.

Verso de niño²

Monroy, Monroy,
el aceitero,
muerto lo llevan
en un arnero.

Como el arnero
estaba roto,
muerto lo llevan
en un poroto.

Como el poroto
estaba viejo,
muerto lo llevan
en un pellejo.

Como el pellejo
estaba lanudo,
muerto lo llevan
en un embudo.

Como el embudo
tenía aceite,
muerto lo llevan
a San Vicente.

San Vicente
estaba cerrado,
muerto lo pasan
por el tejado.

La mortaja
importaba un real
muerto lo pasan
p’al hospital.

El hospital
tenía piojos
lo pasaron
por un rastrojo.

El rastrojo
tenía rocío,
lo pasaron
por el río.

El río
tenía much’agua,
lo pasaron
por Pencagua.

Donde mueren
tantos viejos
y donde nacen
tantas guaguas.

1  p 129-131
2  p. 59-61

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Un pésame a la Central

Un pésame a la Central
Por Juan Placencia. Poeta popular de Coronel

La Central está de duelo
a media asta su bandera
por la horrorosa masacre
que ocurrió en las salitreras.

Ella la madre suprema
de todo el proletariado
y por defender un pliego
sus hijos son masacrados.

Noventa días de huelga
defendiendo sus conquistas
y la respuesta son balas
que dan los imperialistas.

Es un doloroso drama
que mancha nuestra bandera,
cuando un día diecisiete
se derrama sangre obrera

Septiembre fué un mes fatal
y hay que hablarlo y con razón,
pues quieren despedazar
a nuestra organización.

Mas no lo conseguirán
con sus leyes represivas,
de norte a sur del país
la clase obrera está unida.

Chile es un pueblo glorioso
lo respeta el Continente,
así deben respetar
también a sus dirigentes.

Pedimos se haga justicia
que todo se haga con tino,
y den castigo ejemplar
al que haya sido asesino.

Yo condeno esta actitud
como poeta proletario
y estampo, pues, mi protesta,
en este valiente diario.

Y al terminar este verso
pues lo digo muy formal,
el pueblo de Chile pide
Justicia, mi general.

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Los versos del terremoto de 1906

Los versos del terremoto de 1906

Un muchacho recluido en la Casa Correccional que después se llamó Escuela de Reforma, escribió algunos versos alusivos a la catástrofe de Valparaíso el año 1906. Estas se cantaban en los bares del puerto y en las cantinas de la calle San Pablo, hasta hace 15 años, junto con “El vals del Teniente Bello y “La tragedia del Angamos.

Los rotos de la calle San Pablo al son de guitarra y varilla con tapas de botella, otras veces con acordeón y tablillas de mano, cantaban estos versos:

En la República de Chile
De mil novecientos seis
Hubo un fuerte terremoto
La noche del diez y seis

Y la noche estaba oscura
Como estaba el firmamento
Y la tierra se movía
Con grande estremecimiento

Se pararon los tranvías
Se cortó la electricidad
Y Valparaíso ardía
Que era una calamidad.

CORO

Aquí estoy yo,
Y yo también.
Como en la noche
Del diez y seis

La gente clama despavorida
Con hambre y sed sin tener comida

Aquí estoy yo
Y yo también
Como en la noche
Del diez y seis

Y los chicos y los grandes
Se ponían a llorar
Cuando vieron el incendio
En el barrio El Almendral

En la plaza de la Victoria
Y en una calle central
Fusilaban a la gente
Como reos criminal

Emilio Dubois quería
Arrancarse de su suerte
Por los crímenes tenía
Un patíbulo y la muerte

Esa noche temblorosa
Abrió en la celda un forado
Con el ansia dolorosa
Maldició estar engrillado

Aquí estoy yo
Y yo también
Como en la noche
Del diez y seis

Valparaíso ciudad
Puerto perla destruida
La noche del año seis
Por la suerte maldecida.

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A los muertos de Pedro de Valdivia

A los muertos de Pedro de Valdivia
Por Luis Polanco, poeta popular de Santiago.

Hombre que buscando el pan
en la lucha te desangras
La muerte te echó a volar
como una estrella con alas.

Hombre que te echas a andar
por el camino del alba
que no detenga tu afán
la sangre en que te resbalas.

Odios de fuera y de dentro
se hicieron tropel de balas,
mellaron el sentimiento
y afilaron las espadas.

Odios contra las ideas
que la ruta te señalan
odios que quieren que seas
de los caminos que engañan.

Odios que levantan quejas
en las torres de la rabia
que despiertan rabias viejas
contra el sable y la metralla.

Odios hechos cruz de plomo
en nuestra bandera patria
que timbran con sangre el oro
que nos saquea el pirata.

Roja sangre de esperanza
que al derrame se eleva
adonde el fusil no alcanza
porque en el alma se queda.

“Magallanes” dijo O’Higgins
con la patria en la garganta;
con la bandera de Chile
Luis nos dijo: “Antofagasta”.

No hay tiempo para el olvido
de los nombres camaradas
el viento del norte herido
lo gritará en las llamadas.

Hombres que amasan el pan
sobre la costa salada
¡Gloria a vuestro capitán,
el de la mano cortada!

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Primera vez

Primera vez
Por PEMAVE

Voy a escribir en la Lira
si me permite la gente,
a todos pido permiso
para no ser imprudente.

Yo soy un lector de EL SIGLO
y la Lira Popular,
es primera vez que escribo,
algún día hay que probar.

No soy de los muy letrados
pero me gusta versiar.
Fijarme como otro lo hace
para no hacerlo muy mal.

Me gusta que Olave escriba
y le conteste Ramírez
y a mi meter la cuchara
aunque la oreja me tiren.

En estos versos aludo
a don Máximo Ramírez
que escribió a la primavera
y qué rebonito escribe.

También don Francisco Astroza
poeta e’ la capital
que tampoco lo hizo mal
al darle luz a la cosa.

Para todos los lectores
del diario más popular
un saludo respetuoso
y un abrazo muy cordial.

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Playa Nueva de la Laguna de Cahuil

Playa Nueva de la Laguna de Cahuil
Por Avelino Contreras M.

Esa playa encantadora
es la atracción del lugar,
se asemeja a la aurora
que sonríe al despuntar

Brinda su faz arenosa
al viajero que ahí llega,
y en cuyo sitio reposa
después de agitada brega.

Nos agrada cual ninguna
lo dirán los salineros
a orillas de la laguna
cuidando de sus graneros

Está en frente de Barrancas
al lado de las salinas
que producen la sal blanca
gran riqueza de esas minas.

Las gaviotas con frecuencia
allí vienen a posarse
atraídas por la querencia
y costumbre de estacionarse.

Ya la playa mencionada
que formó la Naturaleza
comienza a ser frecuentada
por los habitantes de ésa.

Es hermoso el panorama
que le ofrece al visitante
solo le falta la fama,
para ser más interesante.

Es tan cómodo ahí bañarse
que no admite comparación
e igual que para entregarse
de lleno a la meditación.

Por lo tanto es plausible decir:
playa nueva es la mejor,
es donde se va a divertir
el mayor como el menor.

Ojalá sea concurrida
lo mismo que la del mar,
do parece que a nueva vida
se ve el alma transportar.

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Este reportaje es mío

Por José Mur, poeta popular de La Calera

“¿ Cuánto me cuesta un arroz
con una presa e’ pescado?”;
Dijo un niño harto hambreado
que en una pensión entró…

En seguida pensé yo
hacerle “mi reportaje”.
El hombre es cosa salvaje,
merece un párrafo o dos.

Se llama, pues, Luis Muñoz
trabaja aquí en Calera,
conoce la angustia obrera
con catorce que cumplió.

Años que ya los sufrió
pues su padre era borracho
y algo viejo y el ricacho
a la calle lo largó.

La familia así quedó
chica y sin pan, siendo muchos,
la miseria cual serrucho
el hogar desbandó.

Pero la moral salvó
Luis Muñoz y otro hermanito
menor, pero empeñosito,
entusiasta y cumplidor.

Trabaja en el comedor
del tren que va para el norte
el muchachito, a su porte
de un hogar quiere el calor.

Un plato de arroz hervido
con un corte de merluza
no es mucho; pero engaña
el hambre al que no ha comido.

Y ese niño que les digo,
consulta su presupuesto;
la dueña comprende el gesto
y baja el precio pedido.

Y al contemplar he sufrido
casi llorando pa` dentro
este mal tiene epicentro;
el capital corrompido.

Los ricos se han repartido
las riquezas de la tierra
en dos porciones que aterra
nombras ese repartijo.

¡Carajo…! si Dios maldijo
y castigó a trabajar
madrugan… para robar
los pillos de este cortijo.

Pal pueblo hambre y sudor
lo dice pues Luis Muñoz
y un pobre plato de arroz
que no alcanza a pagar.

En la mañana a estudiar
pedagogía burguesa,
luego abatir la cabeza
para enyugarse y cinchar.

Habla el rico de decencia
y enjuicia a los revoltosos
que atacan su vida de osos
como tales sin conciencia.

Ya los barrerá la ciencia,
y en el mundo ha de triunfar,
la igualdad para gozar
la hermandad, la inteligencia.

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Recordando a los patriotas

Recordando a los patriotas
Por Humberto Vejar Silva, poeta Popular de Tomé

Quiero cantar en la Lira
y espero no molestar
para rendir homenaje
a un combatiente ejemplar.

Fué hijo de campesinos,
me educó pa’ profesor
fue gran periodista obrero
y de Chile un conductor.

Adiós Ricardo Fonseca
tus enseñanzas nos guían,
por eso que este poeta
le saluda en este día.

Compañeros de Fonseca
hay otros que destacar,
al viejo Galo González
y a Lafertte pa’ qué hablar.

Adiós viejos camaradas,
estas no son alabanzas
son sólo agradecimientos
por sus buenas enseñanzas.

A los poetas populares
yo los invito a cantar
y ojalá que nuestra Lira
nunca más vuelva a callar.

Ahora aquí me despido
de todos los proletarios
si en algo pudo ayudar,
yo ya pasé el silabario.

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