La puerta

Nuestra selección poética de hoy:
La puerta
por Rubén Azócar

Puerta ruinosa, puerta obscura,
eres como mi madre,
que me abría los brazos cada vez que volvía.

Yo recuerdo que, cuando se la llevaron muerta,
abriste las dos alas,
como un pájaro triste que se va de la jaula.

El camino en silencio
se tendió como un perro
frente a la antigua reja.

A veces se me ocurre
que alguien viene a buscarme.
Entonces, como nunca, te hallo igual a mi madre.

me siento en tus umbrales,
como sobre una falda,
y me pongo a llorar para que me consueles.

Puerta ruinosa y triste
tienes las alas negras, y los ojos obscuros,
y el alma hecha pedazos.

Apriétate a mi cuerpo como en un abrazo,
como hacía mi madre
para que no me fuera.

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Para ti, María Adelaida

Para ti, María Adelaida
Por Hermógenes Ramírez, poeta popular de Rinconada de Doñihue

CUARTETA

El escribir este canto
inolvidable María,
beso tu fotografía
con el mayor encanto.

GLOSA

Quisiera de hinojos
estar a tu lado
y mirar embelesado
sin temor al sonrojo
esos lindos ojos
que no saben de llanto
de penas ni quebrantos
y son los más bellos.
Y sólo pienso en ellos
al escribir este canto.

Como poeta y cantor
desde el fondo de mi alma
que te dé paz y calma
le pido a Dios con fervor.
Y nunca llegue el dolor
a turbar tu alegría
y en esta poesía
lleno de contento
mis respetos te presento,
inolvidable María.

Yo no puedo decribir
en esta ocasión
niña, la emoción
que me da al escribir,
para poderte decir
en este bello día:
“Por tí, niña mía,
sólo por tí suspiro”
y a solas en mi retiro
beso tu fotografía.

¡Oh!, niña hermosa,
escucha a este vate
que sólo puede darte
esta humilde glosa.
Y por tí, mi preciosa
yo mi voz levanto
y tu nombre sacrosanto
a través de mi cantar
lo repito sin cesar
con el mayor encanto.

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Enfermo en el hospital

Enfermo en el hospital
Por Fernando González, poeta popular de Rancagua

El domingo recién pasado
me visitó mi mujer,
de ella pude saber
que de mí se han acordado.
me sentía abandonado
porque nadie me visita,
la única mi viejita
se sacrifica por verme
ayudando pa´traerme
al lecho algunas cositas.

Hoy siento grande emoción
casi no puede escribir
para poderme decir
lo que hay en mi corazón,
si lo digo es con razón,
porque tengo sentimientos,
porque en mis duros tormentos
por los que yo he pasado
ni siquiera han preguntado
como van mis sufrimientos.

Es triste mi situación
aunque no soy el primero
porque esto de ser obrero
el sufrir es tradición
y aprovecho esta ocasión
para contar mi destino
que me ha puesto en el camino
de las más grande pobreza
como premio la tristeza
y el aprecio de un comino.

Hoy sólo los rancagüinos
de mi se han acordado
y peso a peso han juntado
para ayudar en mi sino
aliviando mi destino
de la manera más fiel,
gracias doy, pues, a granel
a cuantos me ayudaron
y gustosos colaboraron
con el compadre Manuel.

Y por fin agradecido
estoy de mis compañeros
por haber sido sinceros
de ayudarme como han podido,
una carga más he sido
debido a mi mala suerte,
hoy siento mi ser inerte
y mi esperanza perdida,
miro sin ganas la vida
y sólo abrazo la muerte.

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Que se vayan

Que se vayan
Por Julio Campos Solís, poeta popular de Chimbarongo

CUARTETA

Chitas que estamos boyantes
en este Chile querido
seis meses más han pedido
esa misión recargante.

GLOSA

Ya esta gueno que se vaya
con música a otra parte
apreté don Prescot Carte
y déjese de talla,
pues gringo por la chupalla
más pesao que elefante
pesque luego el portante
déjelos aquí tranquilo
sudamos sin tomar tilo
Chitas que estamos boyantes

Pues nuestro Gran Presidente
al vernos tan rotosos
nos trajo algo precioso
que llega a doler los dientes
agora estamos decentes
con el apetito perdío
en vez de rabia me río
me tapo con las estrellas
güena la talla aquella
en este Chile querido.

Y tuavía los poblaores
de la población callampa
maldita sea su estampa
que sean tan habladores
son toos unos tomaores
rotos mal agradecidos
los ricos también han sufrío
no se fijan pa’ hablar
que para matar y explotar
seis meses más han pedío.

Menos mal que los campesinos
estamos bien colocados
en cercos y acorralados
siempre será nuestro sino
tenimos sueños divinos
que alegra nuestro semblante
ver colgaos un instante
a los gringos saqueadores
con pitos y voladores
esa misión recargante

DESPEDIDA

Al fin yo pido la unión
de toos los habitantes
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx¹
que me da la razón
apliquémosle la sanción
a este hato de canallas
si Chile hoy tiene fallas
y marcha por mal sendero
liquidemos el bastacuero
y dejémonos de tallas.

1 Falta línea en el impreso.

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El incendio de La Aguada

El incendio de La Aguada
Por Jorge Obrero del Carbón, poeta popular de Coronel

CUARTETA

Con lo del Zanjón de la Aguada,
que horroroso cataclismo
vamos cayendo al abismo
con tantas encrucijadas.

GLOSA

Se ensañó la suerte impía
nuevamente en el país,
conmovido de raíz
a toda la pobrería;
con lo que pasa hoy en día
esto es más que puñaladas,
con sus cositas quemadas
en la población callampa
ya Chile pierde su estampa
con lo del Zanjón de la Aguada.

La desgracia en nuestra raza
de escombro allí remató
porque el incendio arrasó
a más de trescientas casas.
Perdieron todos en masa
y luego hallaron cinismo
desamar sin patriotismo
en nuestro propio Gobierno,
fué dantesco como infierno,
¡que horroroso cataclismo!

Según versiones del diario
que es nuestro diario oficial,
fué incendio fenomenal,
con muertos y quemados varios;
fué un siniestro extraordinario.
En presencia del despotismo
en esta época de egoísmo
que no se esmeran por nada
con promesas olvidadas,
vamos cayendo al abismo.

De aquel macabro suceso
de grande consternación,
hay que tener corazón
para hacerse siempre el leso;
lo que más conmovió en eso
fué que en grandes llamaradas
hubo guaguas calcinadas
tan sólo en pobres huesitos,
esto es colmo, Dios bendito,
con tantas encrucijadas.

DESPEDIDA

Al fin por los angustiados
que perdieron sus hogares
van los llantos y pesares
a tristes damnificados;
también son pobres esforzados
que han tenido que luchar
por tener dónde albergar
a sus hijos y mujeres
que terribles padeceres
tienen hoy que soportar.

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Paisajes de Camarico

Paisajes de Camarico
Por Sergio Rueda, poeta popular de San Miguel

Calles plomas por la tierra.
cerros repletos de arbustos,
campos con pastos robustos,
extensos llanos y sierras,
donde en un tiempo hubo berras,
jinetes que van montados
sobre caballos alados
que vuelan por la campiña
al encuentro de las niñas
que los tiene enamorados.

Mieses que bailan al viento,
pájaros que tristes vuelan
y que sólo se consuelan
al escuchar un lamento.
Una abuela narra un cuento
de duendes y de princesas
y de un rey que la riqueza
guardaba en el ancho mar
y de otro que su pesar
a todo el mundo le confiesa.

Noches con luces de estrellas
que con sus míseros guiños,
nos hace sentirnos niños
y querer ir hacia ellos;
celeste noche que bella
celosamente se guarda
la tristeza que taladra
los secretos de amor.
En las noches de dolor
su luz nos quitó una venda

Todo es paisaje y belleza
el surco recién abierto
el solitario árbol muerto
y aquel arbusto que reza;
el río que su tristeza
va contándole a la arena.
y la piedra que su pena
a nadie quiere confiar,
bello viento que al rodar
los pulmones de aire llena.

La semilla que al nacer
semeja rayos de luna
y el surco como una cuna
que la va viendo crecer;
bellas flores que al nacer
dibujaron el paisaje
de belleza y encajes,
y si por algo eres rico
tú lo eres Camarico,
de la paz y del follaje.

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De los poetas y cantores populares

De los poetas y cantores populares
Por Antonio Villatoro, poeta popular de San José de Maipo.

Lo leo y sigo leyendo;
es un libro de importancia;
de sus versos su fragancia
hacia mi estoy atrayendo;
para seguir escribiendo
al pueblo y sus sufrimientos,
tu vida con sus tormentos
de mal en peor cada día,
por causa e la carestía,
pues todo sigue subiendo.

Cantores y payadores,
es muy amplio su camino;
cantarán al campesino
y a otros trabajadores;
a los ríos, a las flores,
a la pampa y la mina.
como también a la usina.
al petróleo floreciente,
pa que sea independiente
de pretensiones vecinas.

Sigo adelante leyendo
grandes son las conclusiones
la Escuela e Puetas Cantores
es un hecho, se está viendo;
salen nuevos elementos
con nueva mentalidad
diciendo a la Humanidad
los peligros que le acechan.
si los pueblos no se estrechan
en la lucha por la paz.

Las mujeres también son
muy buenas para versiar
y también para cantar
cuando llega la ocasión;
Demuestran su gran valor
y hablan con claridad,
mostrando la realidad
para todo ser humano
y combaten al tirano
que destruye la hermandad.

DESPEDIDA:

Por un Chile soberano,
unidos sin vacilar,
en la LIRA POPULAR,
cantaremos como hermanos;
Con Agueda Zamorano
reforcemos esta Escuela,
que junto a Inés Valenzuela
y también Diego Muñoz,
van siendo los portavoz
de la poesía chilena.

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Agua

Agua
Por Ricardo González, poeta popular de Viña del Mar

CUARTETA:

Ven conmigo a conversar
con tu traje incoloro;
deja tu viaje sonoro;
ven a este rancho a habitar.

GLOSA:

Sufro por tu larga ausencia
como sufre mi vecino
y voy pisando el camino
pa traerte a mi presencia;
he tenido gran paciencia
y ya empiezo a flaquear;
bebiéndote he de gozar,
ven a vivir a mi lado,
porque me siento cansado
ven conmigo a conversar.

Agua que todo lo puedes,
ya te dejaste atrapar
y te dejas comerciar,
agua que todo lo mueves;
te tengo cuando tu llueves
con tu furia sin decoro.
y cuando te vas te imploro,
que vivas entre mi gente;
te traigo de la vertiente
con tu traje incoloro.

Siento más largos mis brazos
de tenerte que acarrear;
diviso el río pasar
llevándote en su regazo;
quiero darte un abrazo
pa que sepas que te adoro.
Muchos miles hacen coro
por tu insipido sabor.
Quédate aquí por amor,
deja tu viaje sonoro.

Todo lo hacen contigo;
tú recibes al que nace,
a aquel que enfermo yace,
te regalan al mendigo.
¿Por qué no estás conmigo?
Oigo tu voz murmurar
y no te dejan llegar
a los ranchos mal parados
y si oyes mi llamado
ven a este rancho a habitar.

DESPEDIDA:

Al final quiero pedirte
que lleves recado urgente
en tu cuerpo transparente
al amo que te rendiste.
Yo habré de redimirte
mi arma será mi canto,
porque necesito tanto
disfrutar de tu frescura;
quiero tenerte más pura
para lavar mis quebrantos.

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Hay que decir la verdad

Hay que decir la verdad
Por José Riel, poeta popular de Til-Til

CAMPOS DE CONCENTRACION
HA REABIERTO ESTE GOBIERNO
CUANDO OFRECIO SER MAS TIERNO
QUE UN CABALLO PERCHERON.

Contra el régimen rugía
en tribuna popular
ofrecía gobernar
con la gente perseguida;
dijo no continuaría
la ruta de la traición
que tenía un corazón
que en su pecho le latía
y que jamás abriría
CAMPOS DE CONCENTRACIÓN.

Resultó que a poco andar
la hilacha la fue mostrando
las coces empezó dando
a quien le ayudó a ganar;
se empezó a desprestigiar
y se dijo: estaba enfermo
ahora gana el infierno
por sus falsos juramentos
ya que campos de tormentos
HA REABIERTO ESTE GOBIERNO.

Nuestro lenguaje es florido
la lengua no tiene huesos
por eso que hasta los viejos
se olvidan lo prometido;
lo que mi pueblo ha sufrido
por los “cabeza de perno”
será largo, nunca eterno,
pero no será olvidado
lo que al pueblo ha humillado
CUANDO OFRECIO SER MAS TIERNO.

Hay banquetes a granel
“homenajes” sin medida
les abunda la comida
como en tiempos de “Gabriel” ;
en cambio al Verdejo, aquel,
que iba a ser el regalón
le congelan la ración
lo mantienen relegado
mal comido y  más gusquiado
QUE UN CABALLO PERCHERON.

Por fin para terminar
va mi saludo sincero
para los cientos de obreros
que mandaron relegar;
por su conducta ejemplar
de hijos de la clase obrera
están en las pesebreras
donde no deben estar¹.

1  Faltan dos líneas en el ejemplar.

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El piuchén

Nuestra selección poética de hoy

El piuchén
Por Luis Ortuzar Gonzalez

Cuando yo era niño chico,
mi agüelo, qu´en gloria esté
me contaba, en esas noches
en que se siente llover,
juntoa las cepas qui ardían
l´historia del piuchén.

En las vegas di una hacienda
pu´allá junto a poagüel,
moria flaco el ganao
sin que supieran por qué.
De cotidiano encontraban
al clariar, uno, dos, tres
animales moribundos,
ejando cerdas y plumas
di un espinal al través.
En tiempos del aelanto
e las moas y el saber,
no son hoy día animales
a los quien merma se ven,
más flacos y atribulaos
y tristes cada vez;
son hombres que tienen hijos
que vestir y mantener;
son los pobres mal pagaos,
con plata bruja tal vez,
y que se tragan el llanto
o la rabia, a comprender.
qui alguien les chupa sangre
¡Lo mesmo qu´ el piuchén!

NOTA: Este poema forma parte del libro “Tiempo ido”. Nos fué enviado por el lector Sergio González Maraboli.

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