Sinfonía de la calle

Sinfonía de la calle
Por René del Cerro, Poeta Popular de Linares

La tarde ya va cubriendo
de arrebol el horizonte
y el músculo pujante
va sus labores dejando;
parecen ir resonando
cantos del deber cumplido
pero se nota el gemido
en sus rostros macilentos.
La cruda realidad enfrento
en mi verso dolorido.

Por la calle tumultuosa
de overoles va un desfile
tiznados hombres por miles
de rudas manos callosas.
Se oye la voz dolorosa
de un anciano pordiosero
mientras el rico usurero
hace el balance del día
y sube la sinfonía
del concierto callejero.

Empleados y oficinistas
abandonan su quehaceres
después de hacer los haberes
al burgués o al prestamista
Parecen ir optimistas
con sus rajes bien lucidos,
pero marchan pensativos
recoradndo acreedores
o quizás en los albores
de algún sueño constructivo.

Un viejito organillero
hace sonar su instrumento
pero se los lleva el viento
sus gemidos lastimeros;
en el bar hay hervideros
de humana gente que toma
discuten, ríen, hacen bromas,
sobre cualquier nimiedad
desde muy temprana edad
el pueblo allí se amontona.

Y va esparciendo sus sombras
la noche que se avecina
y mi lira se encamina
al burdel que nos asombra;
un débil farol alumbra
el rostro de las rameras
cubren su faz verdadera
de comercial intención
culpable de esta situación:
la sociedad entera.

Se oye la voz indecisa
de cierto predicador
que dice que es pecador
el que no ora ni va a misa
nombra a Dios en su premisa
alza las manos al cielo
pero es vano su desvelo
pues el nada soluciona.
¿Para qué el cielo ambiciona
si la verdad está en el suelo?

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