Por qué está el sauce llorando

Por qué está el sauce llorando
Por Luis Polanco

Al borde de un pajonal
junto a un puquio cristalino
hay un rancho campesino
como guardia de un batral;
de ahí se oye al aclarar
el cantar de los pidenes,
la vida es allí sin vaivenes
y el panorama es tranquilo,
vive en él un inquilino
y junto a él, dos mujeres.

Una es su compañera
cordial como campo abierto,
la otra, es sol del desierto
en canción de primavera;
paloma altiva en la sierra
y en su rancho un madrigal,
no hay cazador que apuntar
se atreva a su corazón,
es la hija del labrador
Y es la Diosa del lugar

Los suaves amaneceres
tendidos en los trigales,
son cantares de cantares
sobre el rancho y los verjeles;
seguro es que no hay pinceles
que den la justa visión,
de la pureza y primor
que dentro del rancho se esconde,
y con sus ojos responde
a las caricias del sol

“De igual a igual nos miramos”
parece que el sol dijera
y frente a la luna llena
son sus ojos como dardos;
oasis de caminos largos
para cualquier amador
son sus mejillas de flor
y sus labios entreabiertos,
armonía hecha concierto
rimando en su corazón

En el río a la distancia,
se lava el pelo y la cara
y se arremolina el agua
haciendo ronda a su gracia;
el sauce con su prestancia
de varón de las riveras
echa al viento la melena
en señal de reverencia,
como diciendo “Excelencia”,
le tiende alfombras de arena.

Y se cree su galán
el viejo sauce llorón
y se busca el corazón
para podérselo dar ;
ella se suele acostar
a su sombra y sonreírle
entonces el varón se rinde
hasta besarle los pies
triste se queda después…
…al besarla y despedirle.

Y estira sus dedos largos
cuando ella se echa al camino
triste amador que el destino,
condenó a vivir llorando;
quien pase lo oirá trinando
melancolías al viento,
y siempre de amor sediento
inclinado en los esteros
sin mirar nunca hacia el cielo
porque su amado no ha vuelto.

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