José Stalin y los pueblos

José Stalin y los pueblos
Por Águeda Zamorano, poetisa popular de Santiago

Dicen que Stalin se ha ido
y este pueblo está llorando
y aún seguirá sangrando
el corazón oprimido;
porque al Maestro querido
no se le puede olvidar
y es parte del gran pesar
de ese pueblo soberano
que empuñó su férrea mano
para hacerse respetar.

Que ha muerto José Stalin
para los pueblos no es cierto,
que si su cuerpo está muerto
y yace junto a Lenín;
su alma encarnó en un sin fín
de seres que a su memoria
le ofrecerán la victoria
de la lucha por la paz,
contra el hambre y la tenaz
opresión inquisitoria.

Ese día las cabezas
bañadas por el sudor
se inclinaron de dolor
para expresar su tristeza;
pero esas mismas cabezas
que de dolor se inclinaron
las he visto que se alzaron
para enfrentar al futuro.
Por si el camino es oscuro
de Stalin se iluminaron.

Su partida que ha causado
un gran revuelto mundial,
que inspirado en lo fatal
un mal han vaticinado;
ha quedado comprobado
que fallará el vaticinio
que los pueblos en dominio
de sus conciencias templadas
del duro acero forjadas
no temen al exterminio.

DESPEDIDA

El final será un consuelo
si esa paloma blanquita
oye la voz infinita
que se eleva al alto cielo;
Voz que de todos los suelos
los pueblos claman en nombre
del Maestro de los hombres
y de Lenin y Stalin.
Paz en la tierra por fin,
que la paz quieren los pobres.

Volver