A la bandera

A la bandera
por Luis Polanco, poeta popular de Conchalí

¿Dónde vivirás, bandera,
más segura, más amada,
más virtuosa, más sagrada
que en tu ilustre clase obrera?
¿Quién te llevó en las trincheras
más firme y con más fervor,
quién en la paz tu dolor
siente más profundamente
que tu pueblo reverente
bella enseña tricolor?

¿Quién tejió tu azul hermoso
y tu estrella puesta en él,
con más primor y más fiel
ternura y sublime gozo
que la obrera, y quién honroso
corre a ofrecerte la vida
cuando te ve entristecida
frente al peligro llamar
para hacerte flamear
victoriosa, amada mía?

Es el pueblo quien más te ama
quien te cuida noche y día,
el que con sana alegría
al verte pasar te aclama;
el que en fiel amor se inflama
por ti, y el que dulcemente
te ofrece su sangre ardiente
con cariñosa emoción
quien te canta con unción
y muere por ti sonriente.

El te ama gloriosa y pura
junto al Cristo Redentor
envuelta en áureo fulgor
sobre el Andes en la altura
en donde plena perdura
tu tradición libertaria
dulce virgen centenaria,
altiva, cordial y serena,
esplendorosa y fraterna
con fulgor de luminaria.

Por tu honor y tu grandeza
el pueblo muere cantando,
con viril pasión buscando
cómo darte más belleza;
él te acuna en la terneza
de sus hijos, de su amada.
de la anciana que cansada
de sufrir se desconsuela
él se afana y se desvela
por guardarte inmaculada.

El, al verte tremolar
en los altos torreones,
siente dulces emociones;
quiere ser cóndor, volar,
para entregarte a la par
al besarte alma y aliento,
él es quien está sediento
de estrecharte el corazón
cuando el sacro pabellón
ondea radiante al viento.

El te ama siempre señera
libre en tu pampa soleada
libre en la cumbre nevada
de tu vieja cordillera;
libre en la Antártica fiera
de glaciales sortilegios
y en los ardientes arpegios
de tus épicas canciones
vibrando en los corazones
con esplendentes reflejos

El te quiere sin orgullo
armoniosa y sensitiva,
de tus glorias llama viva
presta al beso y al arrullo;
presta a defender lo tuyo,
soberana en tu frontera.
luciendo siempre hechicera
la magia de tus colores
¡conquistadora de amores
entre todas las banderas!

El quiere verte exaltada
con hidalguía y amor
por el clarín y el tambor
por la pluma y por la espada;
quiere verte respetada
del uno al otro confín,
quiere ser el paladín
de tus jornadas gloriosas
y hacer de tu patria hermosa
real Edén y un jardín.

¡Bella bandera, tu cielo,
tu estrella. tu albo armiño,
tu sangre de rojo brillo
son un idilio en tu suelo:
en el alma de tu pueblo!
¡Tierna amada subyugante
vives pura y palpitante
como en tus días de gloria,
él te ha impreso en nuestra historia
con letras de oro y diamante!

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