Canción del caminante

Canción del caminante
Por Luis Polanco, Poeta Popular de Santiago

Uvas del campo cubiertas
con el polvo del camino;
uvas tras cerradas puertas
que no son para mi vino
pasajero peregrino,
voy por las rutas pasando;
sin saber cómo ni cuando
he de gustar tus sabores:
yo tengo solo dolores
y al campo los voy tirando.

La tierra me dió la vida
por compensar un cariño
la tierra me dió una herida
que me duele desde niño:
canto mi dolor y ciño
en la noche mis pesares;
que sepan por mis cantares
que en la pobreza me empino
como el ave libre trino
la pasión de mis andares.

Lo que me niega el potrero
del amo que es poderoso
yo se lo cuento al lucero
en mis noches de reposo;
que sepa que el andrajoso
ama la luz, y en la aurora
que tiñe de oro la flora
que sombrea la vertiente,
le doy mi voz al torrente
de esperanza redentora.

Canta el camino y yo canto
al fin de la desventura
donde lloran seco el llanto
con solidaria ternura;
si hoy la fruta no madura
para todos en los huertos
digo que vendrán momentos
sin alambre en los sembrados
con rubios frutos dorados
y cariñosos sarmientos.

Canto cuando la tormenta
de las pobrezas golpea;
me rio sin sacar cuenta
cuando pierdo la pelea;
de la lucha sé que queda
la cicatriz en el pecho,
más, pelear por el derecho
a la vida, sin embrollos
es digno, aunque deje hoyos,
el odio, en mi libre techo.

Donde me sierran los ríos
donde los techos me niegan
desnudo el brazo y escribo
las cuentas que se me adeudan
pido a los astros que tengan
buena luz para guiarme
el día que recordarme
de los malos necesite;
el día que el pueblo grite
ven ¡es tu hora, no tardes!

LUIS POLANCO N.

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En viaje por esos mundos

En viaje por esos mundos
Por Simón Pavel¹, poeta popular de Santiago.

A Europa, a ver lo que pasa
partimos con Jeremías
nos topó la bella Hungría
y nos invitó a su casa.

Después de habernos sentado
en un cómodo sofá
nos preparó un samovar
con lenguas de pan tostado,
sentándose a nuestro lado
para hacernos compañía.
Charlamos a la medida
que nos daba la ocasión
cómo era nuestra intención,
empezamos por Hungría.

Al hablarle de los rusos
contestó sin vacilar:
“los he mandado a buscar
para ahuyentar intrusos”.
¿Dicen que el pueblo se opuso?
No es verdad, son cuentos de hada
lo que hubo fué una asomada
dirigida desde afuera
para hundir la clase obrera
cobardemente baleada.

“¿Y qué querían que hiciera
sino llamar a los vecinos
cuando el fusil asesino
diezmaba la clase obrera?
Piensen todo lo que quieran
en el terreno es distinto.
Unos mienten por instinto
otros porque les conviene
pero cuiden de quien tiene
un puñal atado al cinto”

“Recuerden que los obreros
son una clase distinta
pero es que hay aventureros
que explotan algún dolor
llevan su patria a inmolar
y se autollaman patriotas…
de esto pueden tomar nota
ya que el mundo es una bola”

Con lo que oyes, Jeremías,
¿podrás morir más tranquilo?
si no te agrada decirlo,
no vengas con evasivas.
Si volvemos otro día
no ha de ser a perder tiempo.
No se prestan los momentos
para seguir divagando
viendo a los que están llorando
pa´ sembrar el descontento.

1  Por error en la edición no aparece el autor, pero se rectificó en el siguiente número.

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Confesión lírica

Confesión lírica
Por José Mur, Poeta Popular de La Calera

Jamás nadie te ha querido
como te quiero ahora yo
y nunca jamás, mi amor
fijé más intenso y sentido,
(y eso que he tenido
muchos amores… sin almas),
este tormento sin calma
de mi pobre corazón
me lleva hasta la intensión
de escribirte una romanza

Romanza no es en verdad
(según como se le mire)
en el verso los decires
se ajustan a la realidad
de estilo o modalidad
como exige el reglamento.
tengo dulzura y tormento
en quererte cuanto te quiero,
para serte sincero,
romanza, oda, poesía,
te juro perrita mía
en cualquier estilo enhebro.

La enhebro en cualquier estilo
pero en décima es mejor,
tanto me afana tu amor
que quisiera ser Esquilo,
Tirso, Becker y así, al filo
de elocuencia superior
mostrarte todo el calor
de lo mucho que te quiero,
y quisiera ser jilguero,
zorzal, flauta o ruiseñor!

Para mi alma eres flor
como poeta yo soy mago
pero dime: ¿Cómo hago
para ser en esplendor
y resonante fulgor
moscardón para libar
de tu néctar, oh, mi afán?
La varita de virtud
de mi verso en plenitud
sólo hechiza mi soñar.

Como nadie te dió amor
como te amo niña mía,
y nunca, nunca en la vida
tendrás un querer mayor,
quisiera también ser flor
y que mi polen, la abeja,
(luz musical de mi queja
en cualquier ortografía)
te lo lleve amada mía
hecho romance o erdecha.

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Sinfonía de la calle

Sinfonía de la calle
Por René del Cerro, Poeta Popular de Linares

La tarde ya va cubriendo
de arrebol el horizonte
y el músculo pujante
va sus labores dejando;
parecen ir resonando
cantos del deber cumplido
pero se nota el gemido
en sus rostros macilentos.
La cruda realidad enfrento
en mi verso dolorido.

Por la calle tumultuosa
de overoles va un desfile
tiznados hombres por miles
de rudas manos callosas.
Se oye la voz dolorosa
de un anciano pordiosero
mientras el rico usurero
hace el balance del día
y sube la sinfonía
del concierto callejero.

Empleados y oficinistas
abandonan su quehaceres
después de hacer los haberes
al burgués o al prestamista
Parecen ir optimistas
con sus rajes bien lucidos,
pero marchan pensativos
recoradndo acreedores
o quizás en los albores
de algún sueño constructivo.

Un viejito organillero
hace sonar su instrumento
pero se los lleva el viento
sus gemidos lastimeros;
en el bar hay hervideros
de humana gente que toma
discuten, ríen, hacen bromas,
sobre cualquier nimiedad
desde muy temprana edad
el pueblo allí se amontona.

Y va esparciendo sus sombras
la noche que se avecina
y mi lira se encamina
al burdel que nos asombra;
un débil farol alumbra
el rostro de las rameras
cubren su faz verdadera
de comercial intención
culpable de esta situación:
la sociedad entera.

Se oye la voz indecisa
de cierto predicador
que dice que es pecador
el que no ora ni va a misa
nombra a Dios en su premisa
alza las manos al cielo
pero es vano su desvelo
pues el nada soluciona.
¿Para qué el cielo ambiciona
si la verdad está en el suelo?

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A los arrieros del Cajón de Maipo

A los arrieros del Cajón de Maipo
Por Antonio Villatoro, poeta popular del Cajón de Maipo

Entre enero y febrero
ya bajan del otro lado
traen piños de ganado
los arriesgados arrieros
entre monturas de cueros
la “pava” y la guitarra
el mate y la yerba amarga,
y el facón en la cintura
pa hacer una carneadura
que la caminata es larga.

Cuyanos vienen bajando
y chilenos van subiendo
Si hay una fogata ardiendo
allí se van encontrando.
El ganado descansando
allá en el amplio llano;
buscando van los cuyanos
una vaquilla ternera
pa´ponerla en la asadera
y servirle a sus hermanos.

A Argentina van chilenos
en caballos, bien montados
y también bajan ganado
para no quedar en menos
llevan aperos muy buenos
y su lazo bien trenzado
Si sale un novillo bravo
pa´demostrar que son pastas
el lazo cae en las astas
y ya una vuelta le han dado.

En abril ya hay temporal
y puede ser peligroso
con el “raco” revoltoso
todos se puede helar;
muchos les pueden contar
las peripecias sufridas.
varios perdieron la vida,
otros no pueden andar
y hay quien tuvo que cortar
pies y manos ateridas.

Rindo homenaje a valientes
que alimento nos trajeron
y allá en los Andes murieron
dejando a mucho dolientes.
Hay muchos sobrevivientes
lisiados pa´los la vida
los pies y manos perdidas
las orejas o narices.
Les miran como infelices
sin saber su valentía.

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Elecciones de animales

Elecciones de animales
Por Julio Ortiz, poeta popular de Chimbarongo

Un pavo muy ufano
se presentó a la lucha
Su inteligencia no es mucha
su corazón no muy sano
pero pidió a sus hermanos
que la entregaran su voto
porque él no era nada de roto
y si atento y servicial
era un perfecto animal
religioso y muy devoto.

Después le dio su adhesión
un zorro cojo y ladino
un pato gordo y cochino
que sin sostener razón
pa´abandonar su opinión
y traicionar a su clase
en reverencias deshace
su moñito de sombrero
y como un venal carrero
comienza una nueva fase.

Y prosigue la adhesión:
una rata solapada
una cotorra afamada
un tordo muy re guatón,
un lechuzo pechugón,
una gallina coqueta
un mono con milún tretas
un burro con su porfía
una gata con falsía
y una ristra de barbetas.

El zorro que es muy ladino
dirige bien su manada
la mantiene acoquinada
con astucia y mucho tino,
y muchas cañas de vino
a costa del candidato
Sin vergüenza ni recato
ostentan su panza llena,
negocian miseria ajena
como criminales natos.

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“Por la razón o la fuerza”

“Por la razón o la fuerza”
Por José Mur, poeta popular de la Calera

El escudo nacional
tiene la fórmula mágica
necesariamente trágica
para poder arreglar
tantos desmanes del mal
que por la fuerza se imponen
desoyendo mil razones
de prudencia elemental
y en consecuencia final
serán funestas lecciones.

En alto los corazones
cuando la razón se tuerza
¡por la razón… de la fuerza
saldrán las resoluciones
de aquellas instituciones
de importancia popular!
El pueblo debe mandar
y advertir a los ladrones
de pan y las elecciones
que la divisa es formal.

Si con la fuerza hacen mal
para imponer sus razones,
advertir a esos varones
otra sentencia crucial
“Ojo por ojo” – ¿qué tal?
Pues bien: es hora de actuar
y el mal de ojo arrancar
y por su culpa a la fuerza
Yo lo digo con fiereza
cansado de razonar.

A la mala despojar
– lo saben por catecismo –
y a la mala, pues su abismo
tendríamos que cavar;
es hora de sepultar
la infamia por la riqueza
es larga y torpe bajeza
ser consecuentes y dignos
Desterraremos lo indigno
“¡Por la razón o la fuerza!”

“Por la razón o la fuerza”
si es imponente la pluma
para mostrar con fortuna
la cordura y la nobleza,
es de más delicadeza
para predicar lo bueno
pero es seguro que al trueno
oirán  esos señores
sembradores de rencores,
que habrá de ponerles freno.

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Mucho ojo en las elecciones

Mucho ojo en las elecciones
Por Agueda Zamorano, poetisa popular de Santiago

Llegaron las elecciones
y se cruzan las promesas
algunos cuentan lindezas
de los que ocupan sillones
Candidatos pelucones
se han vuelto patriotas todos
y han buscado el acomodo
para hacerse propaganda
¡Son buenos pa la tanda…!
Con verdejo, codo a codo

Han repartido empanadas
y hasta su asadito al palo
y prometen el regalo
de suculenta plateada
¿para qué digo más? Nada,
si usted, lector, les conoce
Ahora buscan el roce
del campesino, el obrero
el estudiante, el minero
y después los desconocen.

Ya perdimos la paciencia:
no nos pueden engañar,
y sabemos que al votar
lo haremos con conciencia
Hay que barrer la indecencia
de los malos gobernantes
y aplastar al postulante
que tiene un pasado oscuro
No hay que olvidar que es seguro
que será peor que antes

Cademartori, Foncea
con Luis Quinteros Tricot
José Tohá, pa que vea
Eduardo Long, José Oyarce:
dé el voto sin demorarse
a los que en unión
formando el FRAP, una acción
de candidatos conscientes
que votarán lo indecente
cuando ocupen un sillón.

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Enfermo en el hospital

Enfermo en el hospital
Por Fernando González, poeta popular de Rancagua

El domingo recién pasado
me visitó mi mujer,
de ella pude saber
que de mí se han acordado.
me sentía abandonado
porque nadie me visita,
la única mi viejita
se sacrifica por verme
ayudando pa´traerme
al lecho algunas cositas.

Hoy siento grande emoción
casi no puede escribir
para poderme decir
lo que hay en mi corazón,
si lo digo es con razón,
porque tengo sentimientos,
porque en mis duros tormentos
por los que yo he pasado
ni siquiera han preguntado
como van mis sufrimientos.

Es triste mi situación
aunque no soy el primero
porque esto de ser obrero
el sufrir es tradición
y aprovecho esta ocasión
para contar mi destino
que me ha puesto en el camino
de las más grande pobreza
como premio la tristeza
y el aprecio de un comino.

Hoy sólo los rancagüinos
de mi se han acordado
y peso a peso han juntado
para ayudar en mi sino
aliviando mi destino
de la manera más fiel,
gracias doy, pues, a granel
a cuantos me ayudaron
y gustosos colaboraron
con el compadre Manuel.

Y por fin agradecido
estoy de mis compañeros
por haber sido sinceros
de ayudarme como han podido,
una carga más he sido
debido a mi mala suerte,
hoy siento mi ser inerte
y mi esperanza perdida,
miro sin ganas la vida
y sólo abrazo la muerte.

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Bagre en Vinagre

Bagre en Vinagre
Por Rafael Pérez Cabello, Poeta Popular de Graneros

En todas partes ya se habla,
de aquel roncazo “El Vinagre”.
Comentan se halló una bagre
muy “guapa” y re-quete diabla
Dicen que riñas le entabla,
tupío y sin compasión
y que lo tiene chascón,
mucho más que don Juan La¹
Onde a peliar se la gana
lo tiene ya hasta orejón.

“El Vinagre” ronca juerte
comentan sus amigazos.
Pa tomar trago es bravazo,
y pa peliar no se invierte.
Pero ya muy bien se advierte,
que le han cambiado el sendero.
Ahora es manso cordero
que se halla bien humillao,
onde tanto le han tostao
con un grandazo lulero.

La coja de “Ña Jacinta”
la viuda de “Ño Meneses”
dicen que hace pocos meses,
lo vieron ojos en tinta
onde no supo hacer finta
ni tampoco hacerse un lao.
Dicen también le ha dejao
hundías varias costillas
y enfermo por las canillas
de hospital lo ha mandao.

El turco “Ño Estanislao”
y el zunco de “Ño Montoya”
dicen que ya está en la olla
“El Vinagre” bien guirao.
Lo aseguran los mentaos,
porque “la bagre”, tan cruel,
cuando sale va con él
y pa estarse más segura
se lo amarra a la cintura
con un gruesazo cordel.

Dicen lo ven encogio,
pasar mirando hacia abajo.
Como un pobre escarabajo,
se arrastra en tierra vencido
Rompió su hogar; aquel nido,
donde antaño bien roncó,
pero ahora se encontró
con la horma del zapato.
Lo silencia a garabatos
la bagre que recogió.

1  Falta sílaba, podría ser Lana o fonéticamente Lara.

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