Sucede

Sucede
Por Edmundo Lazo, poeta popular de Valparaíso

Sucede que sopla el viento,
que escucho un llanto sucede,
y que observando me quede
las lágrimas del sarmiento;
sucede que me arrepiento
hacer una mala acción
sucede que en ocasión
de estar trabajando a trato
me pasa liebre por gato
un rico con su ambición.

Sucede en Valparaíso
entre los cerros y el mar,
que he visto el hambre pasar
y sin pedirme permiso;
a mí me tiene enfermizo
con un dolor en la espalda
sucede que en una falda
sin agua, sin luz, ni muralla
alza mi rancho su talla
en el pasaje Tegualda

Sucede que alzan la leche
que alzan el agua sucede,
que el pobre comer no puede
ni cebolla en escabeche;
que el feudal poco coseche
sucede todos los años
sucede que con engaños
nos apuntan con cañón
y en esta revolución
hay quien gana con sus paños.

Sucede que mi mujer
va a tener otro chiquillo
y serán tres los diablillos
que tendré que mantener;
sucede que pa comer
el salario no me alcanza
sucede que la esperanza
no engorda, pero mantiene,
sucede que me entretiene
un mister con su finanza

Sucede que me despido
contando un grande suceso,
las dos ramas del Congreso
sucede que han defendido,
porque el honor fuera herido
del Poder Legislativo
y en un gesto muy altivo
Don Balta y Don Fernando
el carro fueron parando
al grupo conspirativo.

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