El tiempo de las bestias

El tiempo de las bestias
Por Edmundo Lazo, poeta popular de Valparaíso.

El brutal imperialismo
para el Japón derrotar
y sin querer avisar
con criminal salvajismo
a Hiroshima en el abismo
con Nagasaki sumió
la bomba infernal rompió
el crisantemo y la loza
y hasta la risa armoniosa
del niño jamás se oyó.

Más no conforme tampoco,
con crimen tan espantoso
embrutecido y rabioso
en su demencia de loco
en la Nación coreana
con la guerra microbiana
y bombas de gelatina
quemó el agua cristalina
y el alba de las mañanas.

El alba de las mañanas
y el hombre está amenazado,
la de hidrógeno ha inventado
y las víctimas humanas;
hace unas pocas semanas
otra vez son del Japón
por causa de la explosión
la radioactiva ceniza,
pescadores martiriza
en cruel desfiguración.

Muchos sabios encerrados
como reos de un delito,
son criminales, lo grito
y tendrán que ser juzgados;
a pesar que son mandados
son los esclavos conscientes,
con inventos permanentes
que el imperialismo ordena,
preparan muerte en cadena
en los cinco continentes.

Ver al fin del mundo en ruinas
es la siniestra obsesión,
pues en esta dirección
la ciencia negra camina;
ya que todo lo examina
desde el sueño hasta la peste
y hasta la lluvia celeste
de la onda nuclear
con el fin de conservar
el poder más que le cueste.

Pero, en otra parte, sabios
cultivan germen del amor
y alivian así el dolor
y del pasado resabios;
es la ciencia en esos labios
compañera de la vida
y será la que decida
en un próximo futuro,
al aplastar contra el muro
al imperio parricida.

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