Por robarme cuatro tunas

Por robarme cuatro tunas
Por Pedro Gonzáles, poeta popular de Rancagua.

Aquí empieza este cuento:
Había cuatro frutitas
tentadoras y bonitas
pa’ mí que estaba sediento
–me invadió el remordimiento,
mi costumbre no es robar–
y ya sin mucho pensar
me dispuse a engullir
y cuando iba a partir,
llegó el dueño del tunal.

“Mucho tiempo te esperaba,
pero al cabo te pillé
y ahora aquí te daré
lo que pa’ vos reservaba
y sin decir más me daba
los terribles puñetazos
seguidos de costalazos,
los que son indispensables
ayudado el miserable
con feroces garrotazos.

Roto cochino mugriento,
¿Con que te gustan las tunas?
Aquí te haré ver la luna
que no alumbra este momento”.
aunque sin conocimiento
entre nieblas lo veía
que se alejaba y venía
cual fiera desenfrenada
y me daba las patadas
y de llapa se reía.

Y por fin a un estero,
después me quiso tirar,
cuando en esto vi llegar
a un par de carabineros;
el viejo hablo primero
“No me hagan pregunta alguna,
me han robado una fortuna”.
Creyeron al palogrueso,
y ahora me encuentro preso
por robarme cuatro tunas.

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El vicio y su cruel aguijón

El vicio y su cruel aguijón
Por Máximo Ramírez, poeta popular de Santiago

Purificando el ambiente
del vicio desquiciador
de una vida superior
se gozará ciertamente
es por demás evidente
de que el vicio es destructor
y que sume en el dolor
a quien su garra aprisiona
y le teje una corona
de amargura y deshonor.

Todo vicio es un pantano
y del que cuesta salir.
En ese lodo el vivir
no ni cuerdo ni humano,
en efecto el hombre sano
y de reflexiva mente,
actuará discretamente
si alude con reflexión
del vicio su propensión
viviendo más cuerdamente.

El alcoholismo y el juego
son trampas del medio ambiente
donde se tara la mente
y se pierde hasta el sosiego
desprovisto y casi ciego
de inteligencia y razón
es del hombre su canción
muy triste y acongojada,
pues su vida esclavizada
anhela liberación.

No es fuerza ser puritano,
ni tampoco santurrón
que funcione la razón
yo le pido a todo humano;
estos versos no son vanos
ni carecen de saber.
El querer es un poder
que puede ser educido
por el que mucho has sufrido
renovarse o perecer.

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Este reportaje es mío

Por José Mur, poeta popular de La Calera

“¿ Cuánto me cuesta un arroz
con una presa e’ pescado?”;
Dijo un niño harto hambreado
que en una pensión entró…

En seguida pensé yo
hacerle “mi reportaje”.
El hombre es cosa salvaje,
merece un párrafo o dos.

Se llama, pues, Luis Muñoz
trabaja aquí en Calera,
conoce la angustia obrera
con catorce que cumplió.

Años que ya los sufrió
pues su padre era borracho
y algo viejo y el ricacho
a la calle lo largó.

La familia así quedó
chica y sin pan, siendo muchos,
la miseria cual serrucho
el hogar desbandó.

Pero la moral salvó
Luis Muñoz y otro hermanito
menor, pero empeñosito,
entusiasta y cumplidor.

Trabaja en el comedor
del tren que va para el norte
el muchachito, a su porte
de un hogar quiere el calor.

Un plato de arroz hervido
con un corte de merluza
no es mucho; pero engaña
el hambre al que no ha comido.

Y ese niño que les digo,
consulta su presupuesto;
la dueña comprende el gesto
y baja el precio pedido.

Y al contemplar he sufrido
casi llorando pa` dentro
este mal tiene epicentro;
el capital corrompido.

Los ricos se han repartido
las riquezas de la tierra
en dos porciones que aterra
nombras ese repartijo.

¡Carajo…! si Dios maldijo
y castigó a trabajar
madrugan… para robar
los pillos de este cortijo.

Pal pueblo hambre y sudor
lo dice pues Luis Muñoz
y un pobre plato de arroz
que no alcanza a pagar.

En la mañana a estudiar
pedagogía burguesa,
luego abatir la cabeza
para enyugarse y cinchar.

Habla el rico de decencia
y enjuicia a los revoltosos
que atacan su vida de osos
como tales sin conciencia.

Ya los barrerá la ciencia,
y en el mundo ha de triunfar,
la igualdad para gozar
la hermandad, la inteligencia.

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Del panorama de Arauco

Del panorama de Arauco
Por Jorge Obrero del Carbón, poeta popular de Coronel

Voy por las calles de Arauco
desde la avenida Prat,
de esta gloriosa ciudad
desde el mismo Gallarauco;
citando Traucos y Maucos
de su parte, alrededores,
hay lindas plantas de flores
desde el gran copihue rojo
la dicha de tantos ojos
que hechizan con sus colores.

Desde el cerro Colo Colo
y su gran hermosa falda
se ve la calle Esmeralda
y chiquillas con pololos;
nunca el pueblo se haya solo
pa el que no sabe su afán,
allí el hombre gana el pan
siempre con sus buenas manos
y hay calles como Serrano
y plaza Caupolicán.

Siguiendo calle Lautaro
Carrera con Galvarino
todas han tenido el tino
como el propio Pelantaro
que en estos versos declaro
como a la gran calle Fresia
que entre las otras se aprecia
igual que Guacolda y Blanco,
con calles que hace buen tranco
y que nunca han sido necias.

Ahí hay canchas, media luna,
se hacen corridas de vacas,
sean gordas, chicas o flacas
y apuestan unas fortunas;
no son huesos que en laguna
se embarcan con cualquier truco
porque siempre el “tío Luco”
los lleva en buen plantel.
Hay calles como Condell
y famosa Chacabuco.

DESPEDIDA:

Pa darle a estos versos fin
digo del pueblo de Arauco
que ahí donde crece hasta el sauco
no son tierras de Caín
calles hay, la San Martín,
O’ Higgins y Covadonga
donde el hombre no rezonga
ni aunque se arrastre en el suelo.
Hablando con justo anhelo
no hay otro que se le ponga

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Lo que vio un poeta

Lo que vió un poeta
Por Hermógenes Ramírez, Poeta Popular de Rinconada de Doñihue

CUARTETA

Vi una preciosa sandía
de muy grandes dimensiones
donde vivían leones
calculen como sería

GLOSA

Eché patas al camino
por un frondosago bosque
plantado de alcornoques
con alerces y espinos.
Yo iba cual peregrino
con hambre que me roía
una sed que me rendía
resecándome la boca,
cuando allí, sobre una roca
vi una preciosa sandía.

Corrí con gran ansiedad
buscando unos leñateros
y así con dos mil hacheros
la partí por la mitad.
Era tal la oscuridad
que prendí unos hachones
y seguí por socavones
y al salir vi unos terneros
pastando en unos potreros
de muy grandes dimensiones.

Oí varios alaridos
y vi muchos animales
que luchando como tales
estaban enfurecidos
ahí mismo retorcidos
unos grandes culebrones
que eran todos cabezones
y usaban sendas melenas
y también unas cavernas
donde vivían leones

La sombra que proyectaba
me tenía intranquilo
Allí no crecía el quilo,
ni una maleza se daba
pero aún más me asombraba
una pepa que tenía
que con lo que yo sabía
nunca la pude medir
menos la pude partir;
calculen como sería

DESPEDIDA

xxxx¹
que creen en mis palabras
pues vi un rebaño de cabras
y un rebaño de corderos,
como cuatro mil carneros
para más sorpresa mía
y conste que en este día
también vi a Pedro Urdemales
domando unos animales
adentro de la sandía.

1  El ejemplar está roto.

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Lo que vio una poetisa

Lo que vio una poetisa
Por Azucena Roja, poetisa popular de Santiago

CUARTETA

Lo que vio una poetisa
a la clara luz del día
no son meras fantasías,
es una verdad precisa.

GLOSA

Muchos lienzos colorados
en verdes azul o rojo,
estandartes que a mis ojos
con placer han deleitado;
en formación han marchado
ondulados por la brisa
en las columnas macizas
de aquellos miles de obreros.
Y fue en el día Primero
lo que vio esta poetisa.

Con rayos vivificantes
el sol de aquella mañana,
alumbró la caravanas
de obreros y estudiantes,
personajes importantes
de gobierno y directivas,
portado la mayoría
en el sentir ciudadano
pa repudiar al tirano
a la clara luz del día.

Y fue el pueblo de Santiago
el que yo vi desfilando
de sus miserias gritando
por los hechos, los estragos;
lo que le han dado en pago
por el voto en “aquel día”.
La miseria y la agonía
retratada en el semblante
de muchos miles de infantes
no son mera fantasía.

En alto el puño cerrado,
lo vi en gesto solidario
pa repudiar el calvario
que a Dirigentes han dado;
seguían encarcelados
porque una mente enfermiza
no tenía mucha prisa
en darles la libertad.
Tal vez pa ver la unidad
que es una verdad precisa¹.

DESPEDIDA

Vi al final la valentía
en la palabra candente
de los bravos Dirigentes
que saludaron el día
fue expresión y fue alegría
al ver la organización
que nos quiebra la opresión
que ha desatado el lacayo
y en este Primero e’ Mayo
se demostró más la unión.

1  Hay diferencia con la cuarteta.

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Nuevamente con ustedes

Nuevamente con ustedes
Por Miguel Luis Castañeda, poeta popular de Cogotí

CUARTETA

Otra vez yo me enderezo
de donde estaba prostrado.
Quieto me había quedado
con un nudo en el pescuezo.

GLOSA

Cual Lázaro me levanto
al mandato ‘e Jesucristo.
Me llegó a salir un grito
que a todos les causó espanto:
Para seguir con mi canto
y no ser tan patitieso
ya estoy escribiendo versos
que mi corazón me inspira,
para seguir en la Lira
otra vez yo me enderezo.

Perdónenme la quietud
en que me había quedado
y el silencio que han guardado
las cuerdas de mi laúd:
No ha sido una ingratitud,
ni que me haya fallado.
La causa que me ha obligado
es que mi trabajo es tanto.
Hoy otra vez me levanto
de donde estaba postrado.

Pienso que voy a cambiar
por efectos del trabajo
me rindo como un carajo,
luego me voy acostar
y sin lugar ni a pensar
lacio de puro cansado
con el cerebro atrofiado.
–les hago esta confesión–
por esa causa y razón
quieto me había quedado.

El trabajo y los años
le están pegando al gallito.
Creo que me tienen frito
y me acuerdo de lo antaño:
Sufro crueles desengaños
ante ustedes yo me expreso
y se los digo en mi verso
la causa que me ha obligado
habiéndome silenciado
con un nudo en el pescuezo.

DESPEDIDA

Por fin la mala salud
me está minando la vida
y un callejón sin salida
se presenta con mi cruz.
Ya imagino mi ataúd
donde me han de encerrar
y ahí han de sepultar
mi cuerpo, cuando esté inerte.
Que se me acerca la muerte
a veces llego a soñar.

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Reunión marítima

Reunión marítima
Por Juan Quiriñeo, poeta popular de La Rúa.

CUARTETA

Los peces ‘tan asustados
por la intervención de pulpo
que se mezcló en este asunto
sin que se le haya llamado.

GLOSA

Tienen toda la razón,
le conocen los atunes
y no en vano se reúnen
a estudiar la situación,
por sus obras el “Señor”
está bastante fichado
y muy mal recomendado
es la opinión del cangrejo,
que como parias verdejos
los peces ‘tan asustados.

Muy precisa la ballena
al hacer la intervención
dijo, el boche de Ecuador
me tiene crispá las venas;
van a sellar mi condena
aquí hay un poder oculto
que disfrazado de pulcro
esconde su identidad
habrá más rivalidad
por la intervención del pulpo.

Dijo el róbalo, yo emplazo
a mi amigo el pejerrey,
a que promulgue una ley
que ponga a salvo al palacio;
persigamos al diablazo;
yo dispongo de seis juncos
tengo confianza en que juntos
daremos caza al bribón,
al hábil embaucador
que se mezcló en este asunto.

Dijo la sierra: presiento
que no vamos a seguir
viviendo y que nuestro fin
se acerca por el momento
se crean resentimientos
que utilizará el malvado
en dos países aliados
que cuidan de nuestras vidas
y llega aquí el porquería
sin que se le haya llamado.

DESPEDIDA

Terminó la reunión
que fue corta y muy precisa.
A mí como era visita
me pidieron la opinión:
Yo aseguré que Ecuador
igual que mi patria Chile
no son naciones serviles
menos lo será Perú
y en prueba de gratitud
les di mis cinco jazmines.

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Adelante Jorge Obrero del Carbón

Adelante Jorge Obrero del Carbón
Por Reinaldo del Campo, poeta popular de Viña del Mar

CUARTETA

Lo que pasó en el carbón
por obra de un traficante
que sepa más adelante
la nueva generación.

GLOSA

Bien comprendo que su enmienda
muy dura a usted le sale
pa contar las realidades
de una represión horrenda
Para que el pueblo comprenda
que tiene usted la razón
que es muy corta la versión
pa cumplir con su deber
de darnos a conocer
lo que pasó en el carbón.

Su respuesta es un ejemplo
en todo nos da la pauta
que sirva a la gente incauta,
como esa que va pal templo.
Dicen que lo de aquel tiempo
no tiene nada importante;
pero hay una interrogante,
y al decirla no reparo.
¿Cuántos son los sin amparo
por obra de un traficante?

Es muy triste compañero
el preguntar estas cosas.
Mis lágrimas hacen poza
por saber lo verdadero;
pa que sepa Chile entero
la verdad determinante,
lo que hizo aquel farsante
persiguiendo a las personas.
Cada hijo de esa zona
que sepa más adelante.

Al glosar sobre este tema
de mis ojos caen gotas.
Lo que cuenta usted de Lota
me causa profunda pena
y vierten un anatema
mis labios y corazón,
miro con indignación
la represión inhumana!
pero lo sabrá mañana
la nueva generación.

DESPEDIDA

Por fin sígame contando
lo que usted tenga en memoria.
Sus luchas y sus victorias
le sigo yo preguntando;
Siga usted pues detallando
la lucha de los mineros
¿Cuántos hogares obreros
allá fueron allanados?
¿Quiénes son los desalmados
que esa orden impartieron?

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Para la niña de mis sueños

Para la niña de mis sueños
Por Manuel Urbano, poeta popular de Puente Alto.

¿Adivinas lo que miro
cuando te miran mis ojos?
El beso sensual y rojo
que de tus labios suspiro.
De tu ser, que todo admiro,
me cegaron tus encantos.
No pienso en un desencanto
si en lucidez te mirara.
Eres bella y yo jurara
que eres más por mi quebranto.

No tengo derecho a tanto
como decir lo que digo,
más, no poco, pues dedico
a tu belleza mi canto.
Puedo yo amarte, entretanto.
Sin transgredir la moral
Yo no quiero hacerte mal
con inculcarte el pecado
–virtual desliz adorado
que sólo sueño al cantar.

Puedes, pues, adivinar
lo bien que te admiro y quiero
y te deseo. Soy sincero
y no te haría pecar,
y eso, por no desflorar
de tu belleza, tu honra.
Si te canto, no deshonra
mi pluma tu honestidad,
porque me inspiro, en verdad,
en tu hermosura que asombra.

Eres fugaz, cual mi sombra
que miro al mirar tus ojos,
o el beso en tus labios rojos.
Mas ¡¡Ay…! que el verso no nombra
el azul que me atolondra
de tu pupila encendida
y el blanco que me fascina
de tu cuerpo en esplendor.
Mi verso. ¡Oh! niña de amor
profano y casto iluminas.

Muy difícil golosina,
no por cara o por altiva.
Es mi pecho el que cultiva
el sentimiento que anima,
una pobreza perlina
para mi canto pagano.
No pretendo que mi mano
desgarre tu vestidura.
Sensible es gozarte pura
y es ingrato lo malsano.

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